Capítulo 2

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MATEO

Acababa de dejar a mi hermana a casa de su mejor amiga Katia, en la cual iban a hacer una pijamada de 2 días. Las chicas me caían bien, el único al que odio es a Henry. Siento que ese tío coquetea con mi hermana cada vez que la ve.

Cuando llegué a casa me puse a hacer los trabajos pendientes de la universidad. Me quedé a medias porque me daba mucho palo seguir estudiando, así que me puse a mirar un rato el móvil. Entré en Instagram y me enteré de que se celebraba una fiesta. Y yo y mi mejor amigo no podíamos faltar, así que lo llamé.

—Hola bro, ¿qué haces llamándome a estas horas?—dice Álvaro con la voz ronca, ya que se acababa de despertar.

—Me he enterado de que mañana hay una fiesta, ¿te apuntas, no?

—No lo sé, tengo a mi hermano aquí y tengo que cuidarlo porque mis padres se van.

—Oye, tu hermano tiene ya 15 años. ¿Enserio tienes que cuidarlo, bro? Se podría quedar solo en casa.

—Es una buena idea, ya que mis padres se van y no volverán 2 días.

—Vale, pues nos vemos mañana, bro.

—Hasta mañana, bro.

Cuando colgué, intenté llamar a mi hermana. Digo intenté porque no me lo cogió. Pensé en lo peor, pero intenté tranquilizarme. Después de 30 minutos, lo logré y me fui a la cama. Me estaba quedando dormido cuando de repente sonó mi teléfono. Lo cogí rápidamente pensando que era mi hermana la que me llamaba. Pero era una tía que conocí hace 1 semana en un bar. Ella quería conmigo y yo también quería con ella, así que terminamos besándonos. Pero la cosa no llegó a mucho más porque el novio de la tía se presentó allí y comenzó a pelear conmigo. Así que la cogí para ver que quería, ya que la curiosidad me comía por dentro.

—Hola amoreee—dice ella intentando poner una voz sexy.

—¿Hola?

—No te enfades conmigo, porfi—me suplica, cosa que no funciona conmigo.

—Mira, no quiero cuentos. Tú misma me dijiste que no tenías novio porque sabías que si me lo decías no iba a haber nada entre nosotros. Así que mejor que no lo intentes. Me mentiste en toda la cara.

—Estás actuando como si fueras mi novio y que te haya sido infiel—me comenta, tengo que admitir que eso sí que me ha dolido.

—Te cuelgo, no quiero perder más tiempo hablando contigo. Prefiero hablarle a una roca antes que a ti—le digo mientras cuelgo.

Después de esa llamada, me quedé sobado pensando en mi hermana y en esa pijamada en la que estaba. Me desperté sobre las 12 de la mañana, así que me fui a la cocina a prepararme el desayuno. Me hice un café y unas tostadas con aguacate. Después de eso, como era sábado, fui al gimnasio con Álvaro. Me esperé 10 minutos en la puerta para poder ir con Álvaro allí. Finalmente vino y fuimos.

—Oye, bro, ¿y tú dónde has dejado a tu hermana?—me pregunta.

—Pues está en una pijamada con sus mejores amigas y su mejor amigo.

—Pero, ¿el mejor amigo es ese tal Henry? Porque me has dicho muchas veces que no te gusta verla con ese tío.

—Ya bro, pero que le voy a hacer.

—Oye, ¿y cuándo me la vas a presentar?

—No quiero presentártela, por lo menos no de momento. Sé cómo eres, le vas haces ilusiones y luego te irías con cualquier otra, y eso le haría daño.

—Qué mal piensas de mí. Bueno, ya hemos llegado.

Entrenamos y se nos hicieron la 13, así que cada uno volvió a su casa para comer. Cuando acabé, me fui a dar una vuelta, ya que estaba bastante estresado. Volví sobre las 19 de la tarde y me preparé para ir a la fiesta con Álvaro. Fui a su casa y él condució hasta donde estaba. Entramos y nos tuvimos que hacer paso de la gente que había allí metida. No me sorprendía el tamaño de la casa, ya que había estado aquí un par de veces antes. Fuimos a la cocina y me cogí un poco de whisky, pero Álvaro cogió un refresco, ya que decía que después tenía que conducir para llevarnos otra vez a casa. Cuando pasamos 30 minutos allí metidos, me pareció ver a las mejores amigas de mi hermana. Pensé que sería fruto de mi imaginación y que iba un poco ebrio, pero lo confirmé cuando justamente pasaron por mi lado. Busqué a mi hermana por todas partes, ya que debía estar con ellas, pero no la encontraba.

—Bro, ¿qué te pasa? Te noto bastante preocupado—me pregunta Álvaro mirando hacia los lados para intentar averiguar lo que está pasando.

—Esque he visto a las mejores amigas de mi hermana y mi hermana debería estar con ellas, pero no la veo en ninguna parte.

—Vamos a preguntarles, a ver si saben dónde está.

—Vale, sí.

Las buscamos con la mirada y al final las encontramos. Fuimos hacia ellas, pero no fue muy fácil porque había un montón de gente de por medio. Cuando llegamos me di cuenta de que faltaban ella y Henry.

—Oye, ¿dónde habéis dejado a mi hermana?—pregunto con un tono de pocos amigos.

—Tranquilo, que no le ha pasado nada—me contesta Katia.

—¿Cómo quieres que me tranquilice? Tendría que estar con vosotras. Por cierto, ¿y dónde está ese tal Henry?

—Estábamos viniendo hacia aquí cuando Katia vio en una foto de Instagram que había piscina. Entonces, cuando llegamos, ella y Henry fueron a por unos bañadores en su casa. Deben estar a punto de volver, ya que se han ido hace un rato—me explica Júlia, según yo la más tranquilita de todas.

—De aquí no me muevo hasta que la vea.

—Oye bro, no crees que estás exagerando un poco. Estás siendo un hermano muy sobreprotector. Ella ya tiene 17 años. Tanto mi hermano como ella se saben cuidar solos—me dice Álvaro para tranquilizarme un poco, no sé cómo pero lo consigue.

—Bueno, pero nos quedamos aquí.

CATHERINE

Llegamos a mi casa en unos 20 minutos. Suerte que en mi cumple pasado me dieron llaves para abrir la casa. Subimos y entramos. Fuimos a mi habitación y cogí 3 bañadores, ya que el mío me lo iba a poner ahora. También fui a la habitación de mi hermano, suerte que no estaba en ella, así que le cogí un bañador prestado para Henry. Nos los pusimos, cada uno en una habitación diferente, obviamente, y volvimos hacia el coche. Llegamos y nos costó bastante localizar a mis mejores amigas. Me sorprendió bastante ver a mi hermano con ellas, así que corrí para ver lo que pasaba.

—Ya estoy aquí, tomad.

—Porfin, ya me estaba cansando de tanto esperarte.—me dice mi hermano con un tono enfadado, cosa que hace que yo también me enfade.

—Yo puedo hacer lo que quiera. Además, no he hecho nada. Bueno, si para ti haber ido a buscar unos bañadores es un pecado, lo siento mucho, hermanito—digo con sarcasmo.

—No veo normal que hayas ido a solas con Henry.

—Esta charla ya la hemos tenido. Henry es mi mejor amigo, además él ya tiene 18 años y tiene el carnet de conducir.

—Podrías habérmelo pedido a mí.

—Me hubieras dicho que no. Además, también estás en la fiesta. Mira, no quiero discutir. Solo he ido a buscar unos simples bañadores y tú ya montas una escenita.

Al final, Mateo optó por irse ya que decía que se estaba poniendo nervioso con toda esta situación. Mis mejores amigas se pusieron el bañador y nos fuimos hacia la piscina. Nos tiramos y pasamos un buen rato pero cuando pasaron 30 minutos, me comencé a marear bastante. De repente vi todo negro.





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