𝗢𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘀 📖 ᵐᵃˡᵉ ʳᵉᵃᵈᵉʳ [BL]

𝟣𝟦． 𝖦𝗋𝗂𝗆𝗆𝗃𝗈𝗐 𝖩𝖺𝖾𝗀𝖾𝗋𝗃𝖺𝗊𝗎𝖾𝗓 | 𝐁𝐥𝐞𝐚𝐜𝐡

A.U! Realeza y nobleza

Male reader sirviente

Fue pedido

Advertencia: Corto

El sexto príncipe Grimmjow era un ser totalmente cínico e irrespetuoso, trataba a todo maldad y si alguien se opone a él, le mostrará a la fuerza que debería arrodillarse ante él.

Le encantaba demostrar su fuerza y su poder sobre los otros, nadie se opone cuando pide algo, solo por ser un príncipe, pero no pensaba que su sirviente era capaz de ignorarlo descaradamente cuando le pedía salir, pero hoy opto por una nuevo mandato.

—¿Sabes si no sales conmigo, te mandaré a los calabozos? —amenazó mientras le agarraba la quijada.

El plebeyo oyó la amenaza, sintió un escalofrío recorrer por su espalda, sabía que hablaba en serio, se sintió incómodo. Le tocaba aceptar si no quería acabar en una celda, donde no saldría hasta que el príncipe lo sacara. 

—Bien, majestad..saldré con usted —aceptó con resignación.

Grimmjow sonrió con satisfacción, entendió que si no se podía 'amablemente' tendría que ser por la fuerza.

—Buena respuesta querido ____ —soltó la quijada de su mayordomo quien se quejó por la brusquedad— te esperare en la fuente de la plaza del pueblo, cuando oscurezca, no faltes o ya verás. 

— Sí, su majestad.

Grimmjow se marchó con una sonrisa satisfecha, ahora su querido sirviente por fin aceptó su cita, tendría que ir arreglarse quedaban menos de tres horas para la cita con su sirviente.

Mientras que el plebeyo se sentía aterrado, no podia dejar plantado al tonto principe que no sabe pedir las cosas con amabilidad. Le gustaba eso tonto..pero a la vez lo aterraba, no podria aceptar a una persona tan cruel.

____ se largó del lugar donde fue convocado, tenía que seguir trabajando en el castillo.

Después de unas horas, el plebeyo noto que estaba por oscurecer.

— Oh, no, no debo de llegar tarde.

No quería ser castigado por el príncipe, así que dejó sus labores y se marchó del castillo hacia el pueblo.

El príncipe se encontraba sentado en la fuente, todos los que lo veían se acercaban a él y lo saludaban, solo por cortesía, pero el noble los ignoraba por completo, él solo esperaba al lindo plebeyo que trabajaba como sirviente. 

—¡Su majestad! –gritaron, Grimmjow supo de inmediato al escuchar esa dulce voz, se levantó. Miró a su joven sirviente quien estaba tratando de respirar, estaba afirmándose desde sus rodillas — Llegué su majestad.

Grimmjow vio la ropa y su rostro que estaba con suciedad ¿Cómo era posible que no se limpiase? ¿No se daba cuenta que estaba saliendo con el?

—¿Acaso no te dio tiempo para cambiarte? ¿Cómo es posible que te invite, yo soy un príncipe y vienes así? —se quejó molesto.