Capítulo 1.

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Narrador;

Era una mañana tranquila en el profundo bosque. Lily caminaba con pasos lentos y cautelosos, sus ojos mirando constantemente a su alrededor con una mezcla de nerviosismo y curiosidad. A pesar de haber vivido toda su vida rodeada por la naturaleza, aún le costaba sentirse completamente segura en medio de tanta vegetación y animales desconocidos.

Su voz tímida y suave apenas se escuchaba mientras tarareaba una antigua canción que su madre le enseñó de niña. Lily se detuvo junto a un arbusto cargado de deliciosas bayas rojas y comenzó a recogerlas con cuidado, guardándolas en un pequeño cesto que llevaba consigo.

De pronto, un ruido entre los árboles la sobresaltó. Lily se quedó inmóvil, su corazón latiendo con fuerza mientras sus ojos buscaban el origen del sonido. Y entonces, una imponente figura anaranjada apareció ante ella.

Era un enorme orangután que la miraba fijamente con unos ojos inteligentes y expresivos. Lily sintió como el miedo la paralizaba, incapaz de moverse o de emitir sonido alguno. Pero entonces, para su sorpresa, el gran simio se acercó lentamente, extendiendo una mano con delicadeza, como si quisiera tranquilizarla.

Lily contuvo la respiración, observando con cautela los movimientos del orangután. Y en ese instante, algo en la mirada de aquel animal hizo que su temor comenzara a disiparse. Había ternura y curiosidad en esos ojos, nada de amenaza o peligro.

Lentamente, Lily levantó una mano temblorosa y la acercó a la del orangután. Y en cuanto sus pieles se tocaron, supo que nada volvería a ser igual.

Lily contuvo la respiración mientras la enorme mano del orangután envolvía suavemente la suya. Por un momento, ambos se quedaron inmóviles, mirándose fijamente, como si el tiempo se hubiera detenido.

El corazón de Lily latía con fuerza, pero poco a poco su miedo fue dando paso a una sensación de asombro y curiosidad. Aquel animal, a pesar de su tamaño y apariencia imponente, emanaba una calma y una gentileza que la tranquilizaban.

Lentamente, Maurice acercó su rostro hacia el de Lily, olfateando con delicadeza. La joven se mantuvo quieta, conteniendo el aliento, sin saber muy bien cómo reaccionar. Pero conforme los segundos pasaban, la tensión en su cuerpo fue disipándose, reemplazada por una extraña sensación de confianza.

Cuando finalmente sus miradas se cruzaron, Lily pudo ver en los ojos de Maurice una inteligencia y una profundidad que la sorprendieron. No era la mirada de un animal salvaje, sino la de un ser consciente, que parecía reconocerla y entenderla.

Sin decir una sola palabra, Maurice soltó suavemente la mano de Lily y dio un paso atrás, observándola con una expresión serena. La joven, a su vez, se sintió extrañamente decepcionada por la pérdida de aquel contacto, como si una parte de ella anhelara volver a estar cerca de aquel imponente orangután.

Durante unos instantes, ambos permanecieron en silencio, estudiándose mutuamente, hasta que finalmente Maurice emitió un suave gruñido y se dio la vuelta, internándose de nuevo en la espesura del bosque.

Lily se quedó allí, observando cómo la figura del orangután se alejaba, con una mezcla de asombro, curiosidad y, tal vez, un incipiente anhelo por volver a encontrarse con él.

Lily se quedó allí, observando cómo la figura del orangután se alejaba, con una mezcla de asombro, curiosidad y, tal vez, un incipiente anhelo por volver a encontrarse con él

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2024 ⏰

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