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El sol se ocultaba lentamente detrás del horizonte, tiñendo el cielo de un tono rojizo que contrastaba con la tensión que se respiraba en la mansión Salvatore. Katherine Pierce había vuelto, y con su regreso, viejas heridas se reabrían y secretos enterrados amenazaban con salir a la luz.
-¿Dónde está?- La voz de Katherine era un susurro lleno de veneno mientras apretaba con fuerza el brazo de Stefan. Sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de ira y desesperación. -¿Dónde está Isabelle?
Stefan gruñó, sus músculos tensándose bajo la presión. -¿Quién?- Intentó ganar tiempo, pero sabía que no podría mantener la fachada por mucho tiempo.
-Isabelle. ¿Dónde está?- Katherine se impacientaba, su mirada se volvió hacia la puerta cuando escuchó un ruido proveniente del exterior.
Antes de que Stefan pudiera reaccionar, Katherine salió de la casa como un relámpago, dejando un rastro de confusión y temor a su paso. En ese momento, Elena abrió la puerta con preocupación, buscando a Stefan con la mirada.
-¿Stefan?- Preguntó, su voz temblando ligeramente.
-Elena- Stefan respondió, tratando de recomponerse. Pero antes de que pudiera decir más, Damon apareció detrás de él, su expresión era una mezcla de preocupación y molestia.
-¿Qué pasó?- Preguntó Elena, notando la tensión en el aire.
-Katherine pasó- Damon respondió con sarcasmo, pero su tono no podía ocultar la gravedad de la situación. -¿Dijo qué quería?
Stefan negó con la cabeza, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.
-Pues sí que sabe hacer una entrada- Murmuró Elena, tratando de aliviar la tensión, pero sus palabras no lograron el efecto deseado.
-Preguntó por Isabelle- Damon frunció el ceño, como si estuviera tratando de recordar algo importante.
-¿Isabelle?- Elena repitió el nombre, su confusión evidente.
-Es nuestra hermanita- Damon respondió irónicamente. -Pero, ¿por qué?
-¿Hermana?- Elena abrió los ojos como platos, sorprendida por esta nueva revelación.
-Mató a nuestro padre- Damon dijo con rencor en su voz, sus palabras llenas de una amargura profunda. -Y por eso se está pudriendo en nuestro sótano.
Stefan tragó nervioso, pero solo Elena se dio cuenta de su incomodidad. Decidió callar por el momento, pero la semilla de la duda ya había sido plantada en su mente.
Los tres caminaron hacia una oscura habitación en el sótano, sus pasos resonando en el silencio. La puerta se abrió lentamente, revelando un ataúd en el centro de la habitación. La atmósfera se volvió aún más pesada mientras se acercaban.
-Haz los honores, Stefan- Damon se cruzó de brazos, su mirada fija en el ataúd. Stefan se acercó con cautela, sus manos temblando ligeramente mientras abría la tapa. Elena se asomó por encima de su hombro y contuvo el aliento al ver a una hermosa pelinegra, muy parecida a Damon. Su piel era gris, una señal de la falta de sangre que había sufrido durante su encierro.
-¿La despertarán?- Elena preguntó, su voz apenas un susurro. -Para saber por qué Katherine la busca...
-No lo haremos. Merece una eternidad de sufrimiento- Damon exclamó con enojo, su rostro endurecido por el rencor. Stefan asintió, aunque su expresión delataba una mezcla de emociones.
Damon cerró el ataúd con fuerza y salió de la habitación, seguido de cerca por Stefan. Elena, sin embargo, no podía dejar de mirar el ataúd, su mente llena de preguntas sin respuesta.
-Oye, Stefan- Lo detuvo antes de que pudiera seguir a Damon. -Estás ocultando algo.
Stefan se giró lentamente, su mirada esquiva. -Elena, no...
-Di la verdad- Insistió Elena, su voz firme.
Stefan suspiró y miró hacia atrás, asegurándose de que Damon estuviera fuera de alcance. -Ella no mató a nuestro padre, yo lo hice. Ella intentó detenerme.
Elena abrió los ojos con sorpresa, procesando la confesión. -¿Por qué le mentiste a Damon?
-No quería perder a mi hermano- Stefan susurró, su voz llena de arrepentimiento.
-¿Y ella? ¿Qué pasa con ella?- Elena señaló el ataúd, su mente intentando comprender la magnitud de lo que Stefan le había revelado.
-Siempre me lamenté de hacerle esto, pero tuve que elegir- Stefan habló con los ojos llorosos, su voz quebrándose por el peso de la culpa.
-Eres un idiota, Stefan- Elena dijo con dureza, su desilusión palpable. Salió de la habitación, siendo detenida por el rubio quien la tomó del brazo.
-Suéltame- Elena exclamó con fuerza, y Stefan obedeció, dejándola ir.
Elena salió de la casa, su mente llena de pensamientos caóticos. Katherine, Isabelle, el asesinato del padre de los Salvatore... todo se mezclaba en su cabeza, formando un rompecabezas que parecía imposible de resolver.
Mientras tanto, Katherine se adentraba en el bosque, su mente fija en un solo objetivo: encontrar a Isabelle. Sabía que para desentrañar el misterio de su amiga, tendría que enfrentarse a los Salvatore una vez más, y esta vez, no pensaba detenerse ante nada.
La luna llena iluminaba el camino de Katherine, su silueta desapareciendo entre las sombras de los árboles. El pasado y el presente estaban a punto de colisionar de una manera que nadie podría haber previsto, y las consecuencias de esa confrontación cambiarían para siempre el destino de todos los involucrados.
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El desastre perfecto. -Katherine Pierce-
Fanfic-Elena, jamás fue Stefan ni siquiera Damon, siempre fue ella, Isabelle Salvatore, el desastre perfecto. Katherine Pierce.