II. Finally

229 22 2
                                    

El día que tanto espero había llegado, se subió a aquel avión el cual la llevaría a su destino. O su locura. Después de despedirse y dar una mirada cómplice su hermana.

Tomo aquel asiento correspondiente, colocándose sus audífonos dispuesta a relajarse en el viaje que pronto le esperaba.

Y aunque solo recibiera miradas extrañas se sentía orgullosa por lograr hacer aquella acción que nunca creyó tomar. Y más aún que su familia no la descubriera. Ya que el tiempo que quedo con ellos trataron de quitar aquel gorro, por suerte nada salió como esperaban, al contrario.

Se podría decir que lo tenía todo controlado aunque aún no sabía lo que le esperaba en aquella preparatoria. Ni mucho menos el saber hacer las actividades que realiza un hombre.

Pero ella prefiere pensar en el presente. Quedando aún con aquel orgullo, sobrepasando todo obstáculo. Ya que esta creía tener un plan perfecto. Y que no la atraparían...
Pero todo se dará a su tiempo...

Durante todo el vuelo tenía adornado su rostro una gran sonrisa, recibiendo el doble de miradas y palabras que antes. Pero eso era lo de menos.

Las horas respectivas de vuelo pasaron en cuanto menos se lo espero. Y claro, con aquellos pensamientos positivos, esa sonrisa, y buena música, era obvio.

Dispuesta, bajo del avión y se dirigió a tomar gran parte de su tiempo esperando su equipaje.

Quizá una hora paso cuando sus pertenencias se encontraban en sus manos, tomo aquellas dos maletas y su mochila para ir hacia el baño. Y pensar que casi toma el baño equivocado. Provocando el escándalo de mujeres "indignadas". Eso era bueno, ¿Cierto?.

Literalmente corrió con sus cosas al baño de hombres. Donde un gran y fétido olor invadió sus fosas nasales provocando casi su vómito. Al lograr contenerse se encerró en aquellas casillas con su mochila en mano. (No sin antes dejar fuera sus maletas, claro) Comenzó a sacar aquella ropa que tenía guardada en ese objeto, vistiéndose con un pantalón azul rey el cual enredo poco abajo de sus rodillas. Una camisa de manga larga azul claro, al igual que una gasa enredada sobre sus senos. Sintiéndose lista para lo que venía, salió de aquel apestoso baño, hacia el nuevo problema que se enfrentaría.

El encontrar la dirección, y poner en práctica a fondo su español.
Tomo un mapa de la ciudad, tratando de encontrar aquella preparatoria. El cual sin ningún resultado decidió finalmente preguntar a las personas en su alrededor. Pero ese esfuerzo fue mínimo, ya que no recibía respuesta alguna.

Comenzó su caminata a un lugar con menos personas, y aunque se encontraba oscuro y en ese entonces se encontraba como una "presa fácil" puesto que no conocía la ciudad. Se sitúo en el mejor punto que pudo encontrar, topándose con un taxi. Llevo una de sus manos a su pecho dando un gran suspiro de alegría, ya que no pasaría la noche ahí, ni pasaría frío si llegaba cuanto antes. Entro a aquel vehículo indicando la dirección, sintiéndose más cómoda.

El chófer avanzo y prendió recorriendo al lugar indicado, tardaron demasiado. Se podría decir que una hora. Ya que, la universidad de encuentra poco alejada de la ciudad, al otro lado donde se encontraba ella.

En todo ese trayecto trataba de situarse de la mejor manera en aquellos asientos incómodos. Al igual que tratar de aflojar la gasa que se encontraba sobre su cuerpo para disimular su anatomía. Toda esa comodidad que sentía al principió se vino a bajo en cuestión de segundos.

- Hoy es mi gran día de suerte. - Pensó con un bufido.

Al llegar pago a aquella persona, caminando nuevamente hacía la gran entrada de aquella prestigiada preparatoria. Y nuevamente, maldice a todo el mundo en mente al encontrar la entrada cerrada. Sacó su teléfono para mirar la hora... y efectivamente era demasiado tarde para su llegada.

12:30.

Se suponía que la preparatoria cerraba sus puertas a la 10 de la noche, por la cual no tuvo caso esperar.

Continúo sus comino al lado contrario del que vino en busca de un hotel estable. Las calles pasaron al igual que los largos minutos los cuales perdía para descansar y recuperarse para ser el nuevo en la preparatoria.

Se adentro en aquel hotel, pagando un cuarto, y en cuanto le dieron aquellas llaves literalmente corrió hacía su cuarto correspondiente, donde le esperaba un gran baño y una cama para su descanso. Quito el seguro de la perilla, cerrando la puerta tras de ella y acomodando rápidamente sus pertenencias para después entrar a baño. Donde se quito la camiseta y la gasa tan ajustada. Finalmente pudo respirar de una mejor forma, ya que aquella venda sobre su cuerpo la estaba matando, sofocándola durante todo este largo día.

Se dio un largo baño, y maldijo que fuera de esa manera, ya que tenía menos de 4 horas de descanso.

-Al menos estoy limpia. -

Se acomodo en la cama posicionándose bajo las sábanas, cayendo en brazos de Morfeo en cuestión de minutos, ya que debía aprovechar las horas que le quedaban para poder dormir.

Man Covered.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora