🫧 Capítulo 2

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—Sigo pensando que esto es una mala idea... —dijo ChaeRyeong, mirándonos con preocupación.

—¿Estás segura de que no quieres piernas, ChaeRyeong? —preguntó MinJu, levantando una ceja.

—No, gracias. Me gusta mi vida como nereida. —ChaeRyeong entrecerró los ojos, mostrando su desdén.

—A mí también, pero a veces los humanos... —MinJu se interrumpió mientras subía al muelle donde los barcos de los humanos estaban atracados—. Son interesantes. —Arrastró su cola con determinación y comenzó a vaporizar el aire con sus poderes, creando nubes de vapor que nos ocultaban un poco. Posteriores comenzó a echar vapor sobre su cola para que se secara.

ChaeRyeong y yo vigilábamos a nuestro alrededor, asegurándonos de que no hubiera humanos en la cercanía. Aunque a esa hora de la madrugada, el puerto solía estar desierto.

—Bien, pequeña YeSeul, te toca. —MinJu se puso de pie, acercándose a uno de los barcos. Con un movimiento ágil, tomó un trozo grande de una tela que estaba tendida y me levantó por debajo de los hombros.

ChaeRyeong empujaba mi cola, mientras yo hacía fuerza con mis manos para subirme al trozo de madera.

—Esperemos que la poción haya salido bien. —MinJu soltó, un toque de nerviosismo en su voz.

—¿Puede salir mal? —preguntó ChaeRyeong, visiblemente asustada.

—Podría terminar con cola de delfín. —MinJu bromeó, y yo la miré aterrorizada. —Tranquila, era una broma... O quizás no.

—¡MinJu!

—¡Era broma! —repitió, apuntándome con su anillo de larimar. Pues los anillos de las sirenas del grupo norte eran de larimar.

Cerré los ojos con miedo, deseando que todo saliera bien. Necesitaba encontrar mi anillo, no podía fallar. De repente, sentí algo extraño: mi cuerpo era más liviano, y me sentía incómoda, como si algo faltara.

Abrí los ojos lentamente y me di cuenta de que mi cola había desaparecido por completo. Ahora tenía unas extrañas piernas.

—¿Oye, pero tú por qué tienes esa ropa y YeSeul no? —ChaeRyeong nos observaba desde el agua, curiosa.

Sentí una profunda vergüenza en ese momento.

—Tranquila. —murmuró MinJu, acercándose al barco de antes para recoger un par de prendas de las cuerdas. —Aquí tienes, nena.

—Gracias... Pero, ¿puedes hacer eso? ¿Robar no está mal aquí? —pregunté mientras me vestía rápidamente.

—Sí, pero no hay otra opción. —MinJu levantó los brazos, restándole importancia.

Logré ponerme de pie con su ayuda. MinJu me sostuvo para que no perdiera el equilibrio.

—Oye, pues... no está mal. —dije emocionada, sintiéndome un poco más confiada.

ChaeRyeong me miró de arriba a abajo. —Estás completamente loca.

—Volveremos antes del anochecer. —MinJu aseguró. —Si alguien pregunta, diles que estamos rescatando delfines y peces de embarcaciones.

—Tener cuidado, por favor. —ChaeRyeong advirtió antes de sumergirse en el agua.

—Venga, vamos. —Me sujeté del brazo de MinJu y comencé a caminar torpemente.

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—¿Qué es este lugar? —pregunté, viendo una enorme caja de la que entraba y salía gente.

Westcoast | Anton Lee |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora