Capítulo 1: El Peso de las Expectativas

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Nombre: Kim taehyung
Fecha de nacimiento: 11-febrero-2004

Mis recuerdos,mi experiencia,mis lágrimas mis dolores están aquí cuídalos , atesóralos como si fueran tuyos

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Cuando tenía siete años, Kim taehyung pasaba muchas tardes en el salón de su casa, escuchando a su madre tocar el piano. La música clásica llenaba el espacio con una serenidad que contrastaba con el bullicio exterior de Seúl. Mientras otros niños jugaban al fútbol en las calles o corrían en los parques, Kim taehyung se sentaba en el suelo, absorbiendo cada nota. Soñaba con aprender a tocar como su madre, pero su padre, un hombre rígido y tradicional, tenía otras ideas.

Una tarde, mientras Tae intentaba seguir los movimientos de su madre en el piano, su padre entró en la habitación. Su figura imponente parecía oscurecer la luz que entraba por las ventanas.

-¿Qué estás haciendo, Taehyung? -preguntó su padre con un tono severo.

-Solo estoy escuchando a mamá tocar -respondió Tae, sintiendo un nudo en la garganta.

-Los niños no deberían perder el tiempo con estas cosas -dijo su padre-. Deberías estar afuera, jugando con los otros chicos, aprendiendo a ser fuerte.

Taehyung asintió, pero en su interior sentía una resistencia. No quería estar afuera; quería quedarse en el salón, en ese mundo de melodías y armonías que le brindaban paz.

La escuela primaria fue un campo de batalla silencioso. Los otros niños notaban su diferencia y la atacaban sin piedad. En el recreo, mientras los demás jugaban a la pelota o trepaban por los juegos, taehyung se sentaba solo, dibujando en su cuaderno o leyendo libros que lo transportaban a mundos lejanos. Pero su aislamiento no pasaba desapercibido.

Un día, durante una clase de educación física, el profesor organizó un juego de fútbol. Tae, torpe y desinteresado, fue rápidamente señalado como el eslabón débil. Los otros niños se burlaban de él cada vez que fallaba en patear la pelota o tropezaba al correr. Las risas y los murmullos resonaban en sus oídos, y cada comentario sarcástico era como una daga.

-¡Miren a Taehyung! ¡Ni siquiera puede correr sin caerse! -gritó uno de los chicos, y los demás estallaron en carcajadas.

La vergüenza lo envolvía como una manta pesada. Esa noche, al llegar a casa, se miró en el espejo, buscando alguna señal de por qué era tan diferente. Las lágrimas corrían por su rostro, y se preguntaba si algún día sería aceptado.

A medida que taehyung crecía, las expectativas de su familia solo aumentaban. Su padre lo inscribió en clases de matemáticas y ciencias, esperando que sobresaliera y asegurara un futuro brillante. Pero taehyung sentía que su verdadero ser estaba siendo sofocado por el peso de las demandas externas. Su amor por la música y el arte era visto como una distracción, algo que debía relegarse a un segundo plano.

En la secundaria, los desafíos sociales se intensificaron. La adolescencia trajo consigo la conciencia de su identidad sexual, un descubrimiento que lo llenó de miedo y confusión. La atracción que sentía por otros chicos era un secreto oscuro que debía mantener oculto a toda costa. En una sociedad donde la homosexualidad era vista como una aberración, taehyung vivía con el temor constante de ser descubierto.

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