una charla con la directora

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Después de unos momentos de charla, las tres chicas se dirigieron a la oficina de la directora. Mientras esperaban para entrar, sonó la campana de la escuela y en ese momento, una chica, de la misma edad, salió de la oficina. Las miró con desdén e hizo un gesto de burla antes de marcharse.

Sasha tocó la puerta con las chicas detrás de ella. Una voz femenina se escuchó desde dentro.

—Alicia y Emily, por favor vayan a sus clases y dejen a la nueva estudiante para que pueda hablar con ella.

—Parece que hasta aquí te podemos acompañar. Cuídate, la directora tiene un humor... —dijo Alicia, dándose media vuelta y marchándose corriendo al recordar que había cámaras en el pasillo.

—N-no te preocupes, si gustas puedo acompañarte... —dijo Emily, mirando cómo se alejaba Alicia.

—Gracias, Emily... No te preocupes, estaré bien. Ya puedes ir a tus clases.

—Entiendo... —respondió Emily, marchándose a paso lento y volteando un par de veces para asegurarse de que Sasha estuviera bien.

Finalmente, cuando dejó de mirar a Emily, Sasha se dirigió a la puerta de la oficina y soltó un suspiro antes de volver a tocar.

—Pase, por favor.

Sasha abrió la puerta y finalmente entró a la oficina, que estaba muy ordenada e impecable. Sobre el escritorio solo había una PC y una carpeta de documentos. Detrás de la mesa, se encontraba una mujer como en sus 30 años, con cabello negro y ojos rojos, vistiendo un traje negro.

—Bienvenida a la academia, señorita Sasha... ¿o debería decir Alexander?

Sasha rápidamente se puso a la defensiva y dio unos pasos hacia atrás.

—Bien, parece que es verdad la información que me entregaron —dijo la directora mientras dejaba la carpeta en la mesa—. Hablemos como adultos civilizados, ¿te parece bien?

—S-sí...

—Bien, me presento. Me llamo Lorelei. Para no haber confusiones futuras, me dirigiré a ti como Sasha. No hay problema, ¿verdad?

—Claro, no hay problema alguno... (esta mujer claramente parece una villana de una novela)

—¿Tienes algo que decir?

—No... nada solo algo que pense. 

—No pasa nada, puedes decirme cualquier duda o pregunta que tengas.

—bien... ¿Por qué me "ayuda" y me entrega todos estos documentos con una nueva identidad?

—Creo que es mejor para ti en este momento, ¿no lo crees? Tómalo como un simple capricho mío.

—Imposible... Puede que seas mayor que yo incluso en mi verdadero yo, pero sé que nadie hace algo si no hay beneficio alguno, especialmente algo como esto —gritó Sasha, sacando los documentos de su mochila y dejándolos en la mesa.

—Aún no puedo decirte... No confío en ti, y creo que eso es mutuo, ¿no?

—...

—Tomaré eso como un sí. Verás, necesito encontrar al dueño o creador de esto —dijo, sacando un anillo igual al que me entregó Alicia y que traía conmigo en ese momento—. Sé que es un zorro, pero no he logrado dar con él. Por la información que me dieron, creo que también lo buscas, ¿no? Si me ayudas a encontrarlo, no te preocupes por nada más que en buscarlo: dinero, documentos, alojamiento, transporte o cualquier otra cosa, yo me encargaré de eso. Solo pido que me contactes cuando encuentres a este ser.

¡como que soy una Mahō shōjo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora