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Diego:

Me desperté en mi cama y sentí un peso liviano en mi pecho. Me pareció ver un pelo castaño y casi me caigo de la cama, pero era mi preciosa, con su rubio perfecto.

Con muchísimo cuidado me salí de la cama para no despertarla y me vestí. No me acuerdo nada de todo lo que pasó ayer después de las 7 de la tardecita noche más o menos.

Miré la hora y eran las 9 y media. Ya estaba yendo tarde al estudio. Me vestí, me puse perfume y escribí una nota rápido para ella. Le dejé unas pastillas para el dolor de cabeza y una rosa del florero que estaba en mí mesa.

Bajé corriendo las escaleras y me subí al auto, para después manejar rápido, pero con cuidado directo al estudio de grabación. Teníamos pendientes ajustar unas cosas y grabar voces.

Estuve bien entretenido, no desayuné, no almorcé y tomé puro café todo el día. Me había comido dos tacos, pero hace más de 3 horas. Ansiaba irme a mi casa a ver a mi chula desde hace ya dos horas, de paso para descansar en mi casa.

Apenas nos dieron el ok para irnos, me despedí y me fui. Ya no aguantaba sin mi chula.

Cuando llegué se estaba tomando una pastilla más y fruncí el ceño.

--- Hola, mi chula. -. Dije acercándome y dejé un beso en sus labios.

--- Hola, bonito.

--- ¿Te sientes bien? -. Dije algo preocupado por ella, acariciando su cabello suavemente.

--- Sí, pero me bajó la regla y me duele un chingo la cabeza. -. Dijo subiéndose a la encimera y dejando un espacio entre sus piernas para mí.

--- ¿Por qué no me mandaste mensaje, amor? -. Dije poniendo mi mano en su cintura, dejando unas caricias.

--- No te quería molestar, se que tienes mucho trabajo ahora. -. Dijo ella acariciando mi nuca.

Solté un suspiro, y seguí sujetándola por la cintura. Después, la atraje  más hacía mí, hasta que sus piernas quedaron a los costados de mis caderas. Después, la miré a los ojos nuevamente, mientras acaricia suavemente su mejilla.

--- Dime que necesitas, mami. -. Dije y mi voz salió ronca y suave.

--- Nada, bonito. Con la pastilla ya estoy bien por ahora. No te preocupes. -. Dijo ella sonriendo y apoyó la cabeza en mi pecho.

Volví a suspirar y dejé un beso en su frente, no era de preocuparme mucho, pero por ella siempre, más cuando me hacía saber lo mal que se sentía o otras cosas.

--- ¿Comiste? -. Volvió a hablar ella.

--- No. La neta estuve muy concentrado en terminar rápido para venir antes hoy.

--- En el horno hay tacos, ve a comer.

--- Está bueno, pero no hagas esfuerzo con algo, eh.

Ella asintió y caminé hasta el horno. Me serví unos tacos en un plato y les eché limón mientras miraba Instagram en mi celular un rato.

A veces miraba de reojo a mi chula viendo la tele en el sofá. Ya después me concentré en comer lo que mi cuerpo me pida.




⋆⁺₊⋆ ☾ ⋆⁺₊⋆ ☁︎





Fueron días de duro trabajo en equipo en el estudio y finalmente habíamos terminado "Apaga el Cel". Estábamos súper felices de ya podernos tomar un descanso de quedarnos hasta tarde rompiéndonos la cabeza para sacar ideas y soluciones.

--- Me alegra mucho que ya vas a poder descansar, mí amor. -. Dijo Dahi sonriendo y dándome un beso en los labios.

--- Tú te llevas la mayor parte del crédito por mí parte. Por acompañarme todas las putas madrugadas a sobre pensar, por ayudarme con el estrés constante, por siempre cocinarme aunque llegara a las 4 de la mañana, por aguantar mi mal humor. Perdón por eso. Y por darme tu amor todos los días cuando más lo necesité.

--- Me vas a hacer llorar, Diego.

--- No te quiero hacer llorar, te quiero dar gracias con la verdad. Porque mi proceso no fue fácil, pero aprecio que no tuve que pasar ese tiempo solo y hundiéndome solo en la oscuridad de mi, bueno, nuestro ahora cuarto.

Ella me miró con sus ojitos llorosos haciendo un puchero y me abrazó.

--- Te amo mucho, mi niño. Gracias por dejarme estar a tu lado apoyándote.

La abracé con fuerza y escondí mi cara en el espacio de su cuello, cerrando los ojos con fuerza. Me daba un chingo de sentimiento revivir esos recuerdos. Cuando sus ojitos ya no le daban para estar despierta, pero igual se quedaba despierta conmigo, escuchándome y ayudándome a descansar mi mente cada día.

Sentir su olor en el oxigeno que respiro me hacía sentir calma, me sentía como en casa al sentir cómo sus brazos siempre me recibían con el mismo anhelo.

--- Te amo un chingo, amor. Neta no me arrepiento de darme la oportunidad de hacer espacio en mi tiempo para tener algo contigo.

Ella dejó un beso en sus labios y lo miró con una sonrisa amorosa.

Diego aprovechaba al 100% cada momento que podía tener a solas con ella, pero ahora que iba a tener más tiempo libre para ella se sentía feliz, porque ya iban a poder retomar su rutina de hacer el desayuno juntos y ayudarse en actividades diarias.

--- ¿Que quiere la princesa? ¿Helado?, ¿Brownies?

--- ¿Puede ser brownies con helado? -. Dijo Dahiana haciendo un puchero.

--- Lo que la reina quiera. Nadamás que después no te haga mal, eh mi amor.

--- No me va a hacer mal, tranquilo. -. Dijo Dahiana abrazándolo por la espalda.

--- Ve a ponerte cómoda mientras, mi amor. Yo te pido tu postre, ntp. -. Dijo Diego dándole una sonrisa sincera.

--- Ok. Ahorita regreso.

Diego le dió una nalgada haciendo reír a ambos y empezó a pedir dos brownies con helado, eligiendo los sabores de helado. Mientras tanto la rubia estaba súper feliz por comer helado después de tanto tiempo sin comerlo.

Apenas bajó, ella se sentó en la sala a esperar el postre, mientras veían una película bien acurrucados con unas mantas calientitas y suaves.
Hasta que llegó el postre, que ambos disfrutaron mucho por la combinación de sabores dulces y algo amargos por fin.

Mᴀʟᴀ Nᴏᴠɪᴀ. - 𝙳𝙸𝙴𝙶𝙾 𝙼𝙸𝙻𝙻𝙰́𝙽 (𝙲𝙰𝙻𝙻𝙴 24)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora