◤✞ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 10 ✞◥

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Iván

Despierto, es una bola de fuego al que quiero besar un momento y golpear al siguiente. Dormido, es angelical. No hay comentarios sarcásticos o amenazas de violencia. Su rostro es tan suave y pacífico mientras paso lentamente mis dedos a través de su cabello.

- Oso tonto - murmura.

Sonrío. Está soñando conmigo. Sé que debería estar escabulléndome de vuelta a mi dormitorio, pero no me puedo forzar a mí mismo a dejarlo todavía. No sé cuándo voy a tener la oportunidad de hacer esto otra vez, así que quiero saborearlo.

De todas formas, cuando escucho un choque en la cocina, sé que es hora de ir a ver a los pequeños monstruitos que están despiertos. Quito el seguro de su puerta antes de cambiar de parecer e irme por la ventana de vuelta a mi cuarto.

Estoy contento de que haber tenido suficiente sentido común como para ponerlo en el primer piso.

Sin hacer ruido, hago mi camino por el pasillo. Me gusta espiar a mis niños. Nunca sé qué van a hacer al encontrarlos.

- ¿Por qué tenemos que comer el cereal con leche? - escucho a Missa preguntar. - ¿Por qué no jugo? Es una bebida de desayuno.

- Mi mamá me dijo que las vacas podían enojarse e iban a dejar de hacerla, pero Appi dice que mamá está llena de esa palabra que se supone que no debo decir - dice Barry.

- Me pregunto si papá nos dejaría tener una vaca. Así no tendríamos que ir al supermercado a cada rato - contesta Missa amablemente.

- ¿Qué están haciendo, cachorros? - pregunto, haciendo notar mi presencia.

Los dos cachorros voltean a verme con sus cabezas recién levantadas de la cama.

- Haciendo el desayuno - sonríe Missa. - ¿Quieres leche o jugo con tus bolitas de chocolate?

- Leche - contesto rápidamente. - ¿Les puedo ayudar con algo?

- Puedes ser el que levante a mamá - dice Barry, luciendo un poquito asustado con la idea. - Él trató de hacerme cosquillas hasta la muerte la última vez que lo hice.

Río.

- Está bien. Te salvaré esta vez.

- Gracias, Iván - sonríe.

Hago algo de mezcla para waffles y les enseño cómo usar la máquina. Realmente, todo lo que tienes que hacer es presionar un botón, así que me imagino que no me van a dar muchos problemas. Por supuesto, entonces deciden averiguar qué tan grandes pueden hacerlos, y tengo que intervenir. Cuando tenemos todo terminado, me ayudan a poner la mesa en el patio.

- ¿Por qué no van ustedes a traer a su hermana? Y yo traeré a Rodri.

Barry me hace un saludo militar antes de correr tras Missa por las escaleras. Es fácil olvidar que el no es mi hijo. Me pregunto cómo reaccionaría Rodrigo si sabe que lo reclamo como uno de mis cachorros en mi mente.

Él todavía está dormido cuando entro a su cuarto. Me recuesto en la cama.

- Rodrigo Ezequiel - digo suavemente.

- Vete - gruñe.

- No puedo. - suelto una risita. - Los cachorros nos hicieron el desayuno. Barry dijo que yo era el que tenía que venir a despertarte. Aparentemente, eres aterrador en las mañanas.

Estoy bastante seguro de que gruñe antes de sentarse, con sus ojos aún cerrados. Su cabello está alborotado, probablemente por mi culpa por estar jugando mucho con él, pero mi omega se las arregla para aplacarlo.

Rodrigo Carrera: SecuestradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora