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(Tiempo atras)

N. OMSC.

Durante semanas, Yoongi y Hoseok planearon cuidadosamente su escape. Cada noche, se reunían en secreto en un rincón del palacio, discutiendo sus planos en voz baja, asegurándose de no despertar sospechas. Finalmente, llegó el día. Aprovecharon la confusión de una gran celebración en el palacio, cuando la guardia estaba distraída y la vigilancia relajada.

Con las ropas ceremoniales, Yoongi y Hoseok se mezclaron con la multitud. Finciendo participar en las festividades, se fueron moviendo gradualmente hacia una puerta trasera del palacio que daba al jardín exterior. Yoongi había sobornado a uno de los guardias más jóvenes, quien les dejó la puerta abierta. Sus corazones latían con fuerza mientras cruzaban el umbral.

Una vez en el jardín, se escondieron detrás de unos arbustos hasta que la costa quedó despejada. Sigilosamente, se deslizaron hacia el muro norte, donde habían escondido una cuerda. Yoongi subió primero, asegurándose de que la cuerda estaba bien sujeta antes de ayudar a Hoseok a trepar.

Al llegar al otro lado, comenzó a correr de la mano, alejándose de los muros del palacio. Sus sonrisas no podían ser borradas de sus rostros; Finalmente estaban fuera y podían vivir sin el peso de las responsabilidades que habían caído sobre sus hombros durante generaciones. Yoongi jalaba de la mano de Hoseok, sintiendo la calidez de su piel y el latido acelerado de su corazón. Jamás pensaron que su plan funcionaría, y que finalmente podrían escapar. Ahora, ambos podrían vivir felices y libres.

—Yoon, estoy cansado. Ya estamos lo suficientemente lejos —dijo Hoseok con la voz entrecortada, sus ojos reflejando tanto el cansancio como la emoción del momento.

—Aún no, Hobi. Debemos alejarnos un poco más para estar seguros. No tardarán en darse cuenta de que no estamos en el palacio y llamarán a los guardias para buscarnos —respondió Yoongi, sin soltar su mano.

—Entonces debemos cambiar un poco nuestro aspecto para que no nos reconozcan —sugirió Hoseok, mientras sacaba su punal de la cintura. Con determinación, tomó su hermosa cabellera y comenzó a cortarla lo más posible, dejando los trozos de cabello en el suelo. Yoongi hizo lo mismo, cortando su cabello rubio que le llegaba hasta más abajo del trasero, dejándolo a la altura de los hombros. Ambos se sonrieron mientras se miraban, sintiendo una mezcla de libertad y nerviosismo.

Después de cambiarse de ropa y recoger algunas cosas que habían escondido con anterioridad, se sintieron más seguros. Yoongi miró a Hoseok, notando cómo la luz de la luna reflejaba en sus ojos, y por un momento, quiso confesar sus sentimientos, pero el miedo al rechazo lo detuvo.

—Ahora sí, ya podemos seguir —dijo Yoongi, y ambos caminaron hasta perderse entre la espesura del bosque, sus corazones latiendo al unísono.

Mientras tanto, en otro lugar del bosque, una bruja observaba la escena con tristeza.

—Pobres niños, sin saber que son almas gemelas que jamás podrán estar juntas —murmuró la bruja, sus ojos reflejando una sabiduría antigua.

—Mamá, ¿y yo seré como ellos? —preguntó un niño a su madre, quien negoció con la cabeza.

—Nosotros somos diferentes, hijo. Ellos, a pesar de tener ojos, no pueden ver —dijo mientras tomaba un talismán que encontraron en el suelo.

—Mamá, ¿puedo ayudarte a que sepan que son almas gemelas? —preguntó con entusiasmo.

—Hijo, nosotros no podemos interferir con el destino de nadie. Solo estamos aquí para mantener el equilibrio entre el mal y el bien —respondió la madre con ternura.

Ambos se alejaron por el lado contrario, por donde se habían ido Yoongi y Hoseok, dejando el destino de los jóvenes amantes en manos del destino y el tiempo.

En medio del bosque, Yoongi y Hoseok encontraron un pequeño claro donde decidieron descansar. El claro estaba iluminado por la luz de la luna y, por un momento, todo parecía perfecto. Hoseok se recostó en el suelo, mirando las estrellas.

—Crees que realmente podemos ser libres, Yoon? —preguntó Hoseok, con una mezcla de esperanza y temor en su voz.

Yoongi se sentó a su lado, tomando su mano y apretándola suavemente.

—Lo seremos, Hobi. No importa cuánto tengamos que luchar, siempre y cuando estemos juntos —respondió Yoongi, con determinación.

Hoseok se enojó, sintiendo una calidez en su pecho que nunca antes había experimentado. Miró a Yoongi y, sin pensarlo, se acostó a su lado mientras lo abrazaba. Yoongi, sorprendido, correspondió el abrazo, sintiendo que todos sus miedos y dudas se desvanecerían.

—Es hora de un nuevo comienzo —susurró Hoseok.

—Un comienzo donde poder ser libres —respondió Yoongi, abrazándolo con fuerza.

En ese momento, ambos supieron que, sin importar lo que el destino les deparara, siempre tendrían su amor y su libertad. Con renovada determinación, se levantaron y continuaron su camino, listos para enfrentar cualquier desafío que se les presente, siempre y cuando estén juntos.

Mientras seguían caminando, el sonido de una rama quebrándose les alertó. Se detuvieron en seco, sus ojos escaneando el entorno en busca de cualquier señal de peligro. Un ciervo apareció entre los árboles, mirándolos curiosamente antes de seguir su camino.

Yoongi suspiro aliviado y presionó la mano de Hoseok un poco más fuerte.

—Crees que alguna vez podremos regresar? —preguntó Hoseok en voz baja.

—Quizás algún día, cuando las cosas hayan cambiado —respondió Yoongi—. Pero por ahora, lo más importante es que estamos juntos y libres.

Hoseok ascendió, sintiendo una mezcla de temor y esperanza. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero con Yoongi a su lado, estaba dispuesto a enfrentarlo todo. Mientras caminaban hacia el horizonte, la luz de la luna iluminaba su camino, prometiéndoles un futuro lleno de posibilidades y amor.

¿AMOR? - [YM/SP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora