One Shots sobre personajes de house of the dragón, todos los one shots serán traducidos de tumblr.
algunos one shots pueden ser +18
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Cregan Stark x Esposa.
Advertencias: Menciones de caza, sangre, animales muertos, siendo Cregan el mejor
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Te paraste junto a la ventana de tu habitación, dejando que el viento frío y fresco te golpeara. Era un marcado contraste con la vida a la que estaba acostumbrada como Dama de una casa sureña. Hace apenas unas lunas, estabas disfrutando del calor del sol del Sur y ahora aquí estabas, en el corazón del Norte, casada con Lord Cregan Stark.
Vuestro matrimonio fue de alianza más que de amor, una unión forjada para fortalecer los lazos entre vuestras casas. Eras conocida por tu naturaleza amable y siempre te habías sentido incómoda con la violencia y el derramamiento de sangre. Te dolía el corazón al ver el sufrimiento, ya fuera humano o animal. Cregan, por otra parte, era un guerrero experimentado, un hombre endurecido por el frío y las responsabilidades que conllevaba su título. Era un líder que había visto su parte de batalla, un hombre de pocas palabras pero mucha acción.
Las primeras semanas de su matrimonio habían sido, cuanto menos, interesantes. Los norteños tenían sus propias costumbres y su propia forma de vida. Y desafortunadamente para ti, resultaron ser completamente opuestos a los tuyos. A Cregan, acostumbrado a las duras costumbres del Norte, le resultó difícil comprender su sensibilidad. Respetó tu amabilidad pero quedó desconcertado por tu incapacidad para manejar las realidades del mundo.
A medida que el viento se hizo más fuerte, te acercaste las pieles y un escalofrío recorrió tu columna. Aunque había recorrido un largo camino en su matrimonio, su mente a menudo repetía ese incidente que deseaba poder borrar de la existencia. Maldijiste por dentro mientras tu mente volvía directamente a ese día.
Era una mañana fría cuando Cregan decidió llevarte a cazar con él. Querías decirle que no, decirle lo mucho que odiabas ver lastimar a los animales pero sonó en tus oídos el consejo de tu madre de "nunca desobedecer a tu marido". Así que asentiste y fuiste con él. De alguna manera, lograste mantenerte alejada del grupo de caza y en lugar de eso te sentaste en una roca cercana bajo la atenta mirada de los leales guardias de tu marido. Después de un tiempo, el grupo de caza regresó. Entre la presa que habían capturado había un ciervo herido, todavía vivo y luchando. Jadeaste, tus ojos se llenaron de lágrimas mientras corrías hacia el animal, ignorando la sangre que manchaba la nieve. Te arrodillaste junto a la criatura y te temblaron las manos mientras intentabas calmarla.
