Prólogo

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Danza de Dragones

Sí, el mismo título de la novela de George R. R. Martin (por cierto, qué buena se está poniendo esta temporada de House of Dragon).

Esta historia está inspirada en las realidades alternas mostradas en Episodio G Assassin y en el juego Saint Seiya Online.

Disclaimer: Saint Seiya y sus personajes le pertenecen a Masami Kurumada y a Toei, no a mi (I wish, si así fuera mis OTPs se volverían canon), así que, como dice Residente, esto lo hago pa' divertirme sin la esperanza realmente de que alguien lea todo esto, pero si llegas a seguir esta historia, gracias anticipadas y todo mi amor RhadaKanoniano para ti <3.

Aclaraciones

̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃ ̃: cambio de situación, escena, lugar.

Cursivas: pensamientos.



Prólogo

Existía un decreto divino, una especie de pacto entre dioses establecido desde la era del mito:

"Cada Guerra Santa, a fin de restablecer el orden en la tierra, al menos un guerrero de alto rango de cada ejército deberá permanecer con vida. Estos guerreros guiarán a otros con su lealtad, fuerza y sabiduría en los tres mundos"

Además de las cualidades mencionadas, los poderosos elegidos debían mostrar inteligencia, benevolencia, compasión, astucia, experiencia y un fuerte sentido de justicia.

¿Quiénes eran los guerreros destinados a cumplir con esta misión después de la Guerra Santa del Siglo XX?

Sorrento de Sirena en el mundo submarino,

Rhadamanthys de Wyvern en el inframundo,

Y Kanon de Géminis, en la tierra...


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-Si he de morir, ¡será contigo Rhadamanthys!

-¡Inútil, moriremos y no podrás cumplir tu misión, todo será en vano!

-Mi misión ya está cumplida, pedazo de basura, porque ahora los doce caballeros dorados están reunidos en Giudecca

-¿¡Qué!?

-El resto ya no está en mis manos, ahora puedo irme en paz con la satisfacción de que al final hice algo bueno por mis semejantes. Llegó la hora, recibe mi Explosión de Galaxias, no seremos más que polvo de estrellas, Rhadamanthys.

-¡Detente Kanon!

-Es demasiado tarde para rogar por tu vida, ¡toma esto!

-Esto no, ¡Gran Caució-!

-¡Explosión de Galaxias!

Mientras pronunciaba dichas palabras con su cosmos ardiendo al límite, una voz dentro de su cabeza le habló, la hermosa voz de quien fuera su principal interlocutora durante las horas previas a la invasión del Santuario por los espectros del ejército de Hades.

-No lo hagas, Kanon.

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