17.- Into the Darkness

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Es extraño volver a la mansión Son.

Para alguien que ha vivido aquí prácticamente toda su vida, Hyeju se siente como una intrusa mientras deambula por los pasillos, los cuales parecen más largos y laberínticos que hace unos meses. Las luces están encendidas, bañando las paredes con una iluminación fría que no ayuda a hacerla sentir más en casa. Aun así, Hyeju avanza a paso firme, aunque no tiene un destino en particular.

El sonido de sus propios pasos resuena a su alrededor. Suenan vacíos, como un recordatorio silencioso de que está sola, y Hyeju se estremece involuntariamente. Las ramas de los árboles afuera de una ventana cercana se agitan violentamente, pero no puede oír el aullido del viento.

Solo está ella.

Hyeju respira hondo mientras se dirige al dormitorio de su hermana. Es su santuario, un lugar más seguro que su propia habitación, y sabe que puede encontrar salvación del miedo mientras Siyeon esté allí. Sin embargo, la mansión Son está en su contra, y Hyeju se encuentra caminando y caminando por ese pasillo familiar sin llegar nunca a la puerta al final del mismo.

De repente, las luces se apagan.

Hyeju se congela, el pavor que siente en el estómago comienza a apoderarse de ella. Las paredes a su alrededor se estrechan y el techo sobre ella desaparece en la oscuridad al elevarse fuera de su vista. Sintiendo como si estuviera atrapada en el fondo de un abismo que la presiona por todos lados, le cuesta mucho poder buscar una salida.

Un relámpago ilumina el camino hacia adelante, y Hyeju corre.

Como una rata perdida en un laberinto, sigue adelante en una dirección singular. Ya no puede ver la puerta de Siyeon a través de la oscuridad que obstruye su visión, y el pensamiento la asusta más de lo que espera.

"¡Unnie!" grita. "¡Unnie! ¿Dónde estás?"

No hay respuesta.

Hyeju reduce la velocidad hasta detenerse, con el pánico hirviendo bajo su piel. Abre y cierra las manos varias veces para sacudirse esa sensación, pero continúa royéndola, minando su voluntad y espíritu. Por poco no se da cuenta del espejo justo a su lado debido a esta niebla de desesperación, pero otro estallido de relámpagos destaca el panel reflectante, y Hyeju se vuelve a mirarlo por el instante que dura esta claridad.

Una bestia terrible la observa fijamente. Muestra sus colmillos y abre sus mandíbulas, y Hyeju no tiene tiempo para gritar cuando salta hacia adelante mientras la oscuridad desciende una vez más.

Se despierta de un tirón.

Mira el techo de los dormitorios de Slytherin mientras intenta recomponerse, con los fragmentos de su conciencia esparcidos por su pesadilla. Le toma unos minutos orientarse, y durante ese tiempo su ritmo cardíaco vuelve a su velocidad normal mientras una frustración cansada se infiltra en sus pulmones.

Ha pasado un tiempo desde que tuvo un sueño de esa magnitud, piensa Hyeju. Da un suspiro resignado mientras se cubre los ojos con un brazo. Con la otra mano agarra uno de los pies de Kirby y le da un apretón antes de revisar la hora en su mesita de noche.

7:10 a.m.

Balancea sus piernas al costado de la cama con un gruñido. Hoy no hay clases, pero cree que no vale la pena seguir durmiendo y arriesgarse a tener otra pesadilla. A diferencia de ella, Hyunjin y Chaewon parecen dormir plácidamente. La boca de Hyunjin se encuentra abierta de manera poco halagadora, por lo que Hyeju no molesta a ninguna de ellas mientras se dirige a desayunar.

"Oh, hola," saluda Jinsol sentada sola en una mesa. Le hace señas a Hyeju para que se acerque. "¡Buenos días! ¿Qué te hizo levantarte tan temprano un domingo?"

Daybreak | Loonacatcher AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora