10꒰ ˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ꒱

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Minho permanecía jugando con su avioncito, corriendo de un lugar a otro en aquella habitación, mientras que su madre se encontraba arreglando la poca ropa que tenía minho en una maleta

El día en que Minho sería dado de alta había llegado, era de extrañar que su hijo ya no buscará a aquel niño, se había estado distrayendo con otras cosas, pero parecía no buscar a ese tal Seungmin.

La verdad era que Minho lo quería buscar, y lo había buscado, pero se topo a la madre de Kim, quien a regañadientes lo termino alejando, indicándole que su hijo estaba así por su culpa, que no se acercara más a su hijo

Minho con todo el dolor de su corazón decidió alejarse, aún cuando de vez en cuando lo veía en el comedor, salía huyendo, no quería seguir lastimando a su amigo

— Listo hijo. -hablo tomando la pequeña maleta y la mano de su hijo.

Salieron de la habitación, por fin dejaría de oler a medicinas, Minho más que alegre caminaba por los pasillos, hasta reconocer una puerta. Su madre lo había llevado a despedirse de su persona especial, su amigo arcoiris.

Minho tocó la puerta con temor, sentía que si entraba a aquel lugar, se aferraria tanto a su amigo

La puerta se abrió solita, dejando a la vista a un niño mirando a su ventana, ya no era el niño energético de antes, ya no tenía una sonrisa en su rostro, ahora era simplemente Seungmin.

Minho regreso de inmediato a su madre, quien abrazo a su hijo llorando, se sentía tan mal, sentía que el había causado eso, se sentía tan culpable

Se fue sin despedirse, siguió su vida como su nada hubiera pasado, aún cuando habían pasado tanto tiempo y recuerdos juntos, decidió olvidar, o al menos eso pretendía, pues cada noche sonaba con volver a jugar con su amiguito, incluso pintaba mariposas porque le recordaban al pecoso

Un día, pretendiendo que había olvidado todo, tocaron su puerta.

— ¡Hijo! Ve a abrir por favor. -dijo en alto pero dulcemente su madre, quien se encontraba haciendo de comer

— ¡Si mamá! -respondio, llendo hasta la puerta dónde pensó que eran dos amigos, pues tenía un partido de fútbol esa tarde.

Pero al ver quién era, su corazón había comenzado a agitarse, sus manos temblaron y una ola de frío lo invadió, era el padre de Seungmin.

El hombre lo miro por unos cuantos segundos con una cara inexpresiva, su ropa era formal y negra, saco un sobre, el cual le dió a Minho quien yacía comenzando a llorar

— Seungmin... -alcanzo a decir antes de comenzar a llorar

— ¡Oh! No, no, no, Seungmin está bien. -hablo de inmediato al escucharlo, se había echo una idea errónea.- Va ser el cumpleaños de mi hijo, y, quiero que estés con el, irán unoc cuántos amiguitos y tú no podías faltar.

Finalizo, Minho miro el sobre, y en efecto, era una invitación de cumpleaños, se limpió sus lágrimas y aún hipando agradecido

— Será en el hospital... Me dijo que le gustaba como dibujadas... ¿Podrías hacer un dibujo para el?

— ¡C-claro!

Minho caminaba de un lado a otro, entonces, ¿Seungmin había hablado de el?

¡Aún lo recordaba! Aquello fue como un abrazo a su corazón, le dibujaría una mariposa. O tal vez al mismo Seungmin, o tal vez mariposas y Seungmin.

Un mes paso, y tan de repente el día tan esperado de Minho había llegado, el cumpleaños de Seungmin.

Su madre manejo hasta aquella montaña donde se situaba el hospital, entraron juntos y vieron un letrero donde indicaba que la fiesta se festejaría en el comedor, caminaron hasta el lugar, Minho estaba tan nervioso

Al entrar al comedor, vieron como unos cuantos niños de la edad de Seungmin corrían por todos lados, Minho busco con la mirada a Seungmin, y lo encontró.

Estaba sentado en una silla de ruedas, sonreía delicadamente, tenía el típico pijama que les daban en el hospital, y algo que se le hizo extrañamente raro a Minho, fue que Seungmin llevará un gorro.

Se acercó poco a poco hasta Seungmin, el cuál platicaba con su hermanita y comían pastel.

— Seungmin.... -lo llamo por su nombre, Seungmin reconoció de inmediato aquella voz.

— Minho....

— ¡Perdóname Seungmin! -grito lanzándose a darle un abrazo, el cual Seungmin recibió más que feliz.- Yo... Yo no me despedí de ti cuando me dieron de alta..

Comenzó a contar, tanto lo que había estado haciendo como lo tanto que lo había extrañado, Minho escuchaba atentamente cada palabra que salía de Minho, se escuchaba como una canción de Beethoven.

Las horas pasaron y para aquellos dos bastaron para volver a tener la confianza que tenían antes, incluso platicaron sobre que Seungmin recibiría su cirugía el mes siguiente, planearon tantas cosas juntos, el como irían a comer helado después de su cirugía y que incluso irían a la misma escuela.

Minho algo tímido antes de irse le dió un lienzo, en el cual se podían ver mariposas, un pasto y un cielo, y por supuesto. A Seungmin y Minho tomados de la mano en el centro.

— ¡Te lo prometo! -grito alegre Minho, quien levantaba su dedo meñique- Vendré a visitarte después de tu cirugía. ¡También puedo venir en vacaciones! ¿Verdad mamá?

Su madre sonrió y asintió con la cabeza, Seungmin más que alegre aplaudió y después también alzo su dedo meñique juntando lo con el otro

— ¡Entonces te estaré esperando! Te esperaré cada día Minhonni.

Aquellos dos amigos se abrazaron, uniendo sus cuerpos en un reconfortable y muy agradable abrazo, se habían jurado y prometido tantas cosas aquella tarde

Las cuales por aquel terrible destino, no alcanzarían a cumplir.

Toc, toc.

Su puerta de nuevo era tocada, pero está vez a comparación de la última vez, abrió la madre de Minho.

Era el padre de Seungmin.

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𝘛𝘪𝘯𝘺 𝘧𝘳𝘪𝘦𝘯𝘥 ♡ 𝙆𝙉𝙊𝙒𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora