Lunes, otro maldito dia de labor en la vida de Obanai.
Solo eso pensó al abrir sus ojos con cansancio, se tuvo que levantar de la cama algo exhausto recordando que tenía trabajo.
Al pararse de la cama en lo único que pensó fue lo que habia pasado anoche en ese callejón, con solo recordarlo su cabeza daba vueltas y vueltas sin parar.
Ni siquiera el mismo se entendía, primero se acostó con la persona que odiaba con toda su alma perdiendo su virginidad molestandose demasiado y luego al dia siguiente besaba a aquella persona como si no hubiera pasado nada esa vez que se acostaron.
De repente, solo se tocó sus labios recordando el sabor que tenía Giyu en su boca mientras lo besaba, esa sensación que sintió mientras con un solo de sus fuertes brazos lo abrazaba por la cintura, la desesperación al querer entrar mucho más a fondo de sus gargantas, el roce de lenguas que hacian, era literalmente increíble, solo que se sonrojó un poco al recordarlo..
No entendía nada, odiaba a las personas homosexuales, pero de tanto odio no sabia que hasta el mismo era homosexual, solo se cuestionaba su orientación sexual. A el le gustaban solo las chicas, pero, ¿por que con Giyu no sintió asco? Será por las bonitas y lindas palabras que le dijo esa noche que jamás hubiera imaginado que se las dirían en su existencia. Tenía mucha vergüenza, que le iba a decir a Giyu si se lo toparía..
Salió de sus pensamientos y se dió cuenta que se le iba a ser tarde para ir al trabajo y se fue a cambiar.
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Al estar listo, agarró las llaves de su casa y salió de esta para poder agarrar el bus que siempre lo llevaba al trabajo.
Obanai se encontraba cerrando la puerta de su casa pero escuchó el sonido del motor de un carro aproximandose hacia el logrando escuchar unos pitidos, lo único que hizo era ponerse alerta y voltearse.
El carro que estaba al frente de su casa, le pertenecía a la persona con la que se besó anoche, Giyu Tomioka, no entendía que hacía ahi parqueado, ¿el no tendría que estar en el trabajo ya? Se preguntó en su mente, lo que logró ver es que el mencionado hizo una seña con sus ojos mirando al asiento vacio que se encontraba en la parte delantera y al instante Obanai sabia lo que quería, claramente Giyu preguntaba si quería que lo llevara al trabajo.
El azabache se dirigió hacia el carro de Giyu y abrió la puerta subiendose en aquella.
-- 𝖡𝗎𝖾𝗇𝗈𝗌 𝖽𝗂𝖺𝗌, 𝖮𝖻𝖺𝗇𝖺𝗂. -- Dijo apenas entró el azabache.
