Estás tan profundamente arraigado en mi corazón que aún no te has dado cuenta de cuánto te necesito para seguir adelante. Tu presencia es como una luz constante que ilumina mi camino, y sin ella, la oscuridad sería abrumadora. Por usted es quien voy...
Ya no sé quién soy cuando se trata de usted. Me encuentro tan distinto a como suelo ser con los demás, que me pregunto si esta transformación es simplemente una obsesión, aunque esa palabra apenas roza la realidad de lo que siento por usted.
Si alguna vez deseó que pierder la cordura, ha logrado hacerlo; la he perdido por completo. Su forma única de amar me vuelve loco, desata una tormenta en mi ser que no puedo controlar.
Usted ha logrado desconfigurar todos mis sentidos. Si esto fuera un delito, ya me habría declarado culpable de la locura que me provoca amarle. Porque...
Le tengo tan profundamente enterrado en mi corazón y en mi mente que es difícil de explicar. Cada pensamiento, cada emoción, cada latido de mi corazón está imbuido de usted. ¿Sabe? Es como si su presencia estuviera incrustada en cada rincón de mi ser, y no hay escape de esta fascinación abrumadora que me ha consumido.
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La carta se deslizó bajo el peso de las palabras escritas, cerrando el último capítulo de una correspondencia que había sido tanto una liberación como un refugio. Con un suspiro profundo, el joven tomó el bolígrafo, lo colocó cuidadosamente sobre la mesa y observó la hoja final.
Luego, su mirada se posó en el poema que había escrito:
"Entrelazado en Mi Ser"
En el laberinto de mi mente, usted es el eco constante, la voz que nunca cesa, la presencia vibrante.
Mis pensamientos, por usted guiados, en susurros se deshacen, mi corazón, enredado, en su amor se desborda, y se abalanza.
Cada latido, un suspiro, cada sueño, un anhelo ardiente, le tengo tan profundo, en mi ser, eternamente.
Con una sonrisa ligera en los labios, se levantó de la silla, dejando atrás la habitación que había sido testigo de su esfuerzo y amor. Con paso firme y esperanzado, salió por la puerta, decidido a enfrentar el futuro con valentía.
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Mientras caminaba hacia el mundo exterior, susurró para sí mismo, con una determinación que abarcaba el tiempo y el espacio:
"Lucharé para volver a vernos, y aún si no lo logro, le amaré aún después de la muerte."
