Capítulo 720 Todos vamos a morir (2)

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Capítulo 720 Todos vamos a morir (2)

Yeri dio un paso adelante, con su voz ligera y alegre. Fue encantador escuchar letras tan contundentes con la voz que interpretaba.

"Ahora estoy acostada en la cama de la que no quería salir.

Eso fue en el pasado.

Ahora, la cama es mi hogar permanente.

Uno que duraría.

¿Es demasiado difícil recuperar el pasado?

¿Esto fue todo por lo que viví?"

Ella habló de los arrepentimientos, de los momentos que uno desearía poder recuperar en su lecho de muerte.

Mientras se movía con gracia por el escenario, parecía que estuviera plantando semillas invisibles. Pequeñas mariposas blancas volaban por la pantalla LED, lo que contribuía a la delicadeza de sus gestos.

Las otras chicas siguieron su ejemplo, rozando el aire con las manos como si estuvieran cuidando las semillas que Yeri había sembrado.

Sus movimientos eran fluidos, menos como un baile ensayado y más como una progresión natural de acciones.

No parecía una coreografía.

Fue una historia.

El solo de Yeri pasó al coro, donde las cinco chicas unieron sus voces en una hermosa armonía.

"¿Esto fue todo por lo que viví?

Trabajé duro durante días y noches.

Pero así era como iba a terminar.

En la cama, completamente sola, sin nadie a quien abrazar.

Sin nadie a quien recurrir por mi cuenta.

La luz se acerca, pero no quiero ir.

¿Quién iba a pensar que la vida sería tan superficial?

Todos vamos a morir, eso lo sé.

¿Pero para qué sirven las plantas que crecen?

Cuando lo deje todo atrás...

Lo dejaré todo atrás."

El contraste entre su alegre interpretación y el anhelo de las letras era sorprendente.

Cada chica aportó su propio tono único a la armonía, combinándose perfectamente para crear un sonido que elevó al público a un lugar frío pero reconfortante.

Casi como si estuvieran parados a las puertas del cielo.

Cuando comenzó la segunda estrofa, Ara tomó el centro del escenario.

Ella se sentó con gracia en el suelo, sus movimientos eran deliberados mientras las otras chicas la rodeaban.

Su presencia era como rayos de sol que nutrían una semilla frágil.

La voz de Ara tenía la misma mezcla de tristeza y reflexión que caracterizaba la canción.

Tenía los ojos cerrados mientras cantaba a la naturaleza fugaz de la vida, la pregunta que persiste cuando el tiempo se acaba.

"He plantado semillas,

Las he regado,

He esperado la cosecha,

Sólo para ver cómo todo me lo quitaban.

La tierra, la luz del sol, el agua.

Todo se fue, dejándome en la nada."

De matón a ídolo: transmigrando a un programa de supervivencia PARTE 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora