CAPITULO II

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Entre Palabras y Silencios

La lluvia golpeaba los cristales del pent-house que Jungkook y Jimin compartían en la mejor zona de Seúl. Desde allí, tenían una vista panorámica de la ciudad, con sus luces parpadeando como estrellas en la noche. El aire estaba cargado de una gran tensión, como si el mundo entero estuviera a punto de desmoronarse.

Los dos jóvenes estaban sentados en el amplio sofá, mirándose en silencio. El mobiliario elegante y minimalista contrastaba con la oscuridad que los rodeaba. Jungkook rompió el hilo invisible que los unía.

—¿Crees que algún día podremos dejar todo esto atrás?—, preguntó, su voz apenas un susurro.

Jimin se pasó una mano por el cabello mojado. -No lo sé, Kookie. A veces siento que estamos atrapados en un ciclo interminable. Como si fuéramos marionetas en manos de alguien más.-

—¿Y si fuéramos nosotros los titiriteros?—, sugirió Jungkook. —¿Y si todo esto es nuestra elección?—

Jimin frunció el ceño. —¿Elegimos ser quiénes somos? ¿Elegimos vivir en las sombras?—

—No elegimos esto—, admitió Jungkook. —Pero elegimos sobrevivir y protegernos el uno al otro.—

Jimin se levantó y se acercó a la ventana de cristal. La lluvia caía con más fuerza ahora, como si quisiera arrastrarlos consigo.

—A veces me pregunto si hay algo más allá de esto. Algo más allá de las misiones, las mentiras y los secretos.—

—¿Qué esperas encontrar?—, preguntó Jungkook.

Jimin se volvió hacia él, sus ojos oscuros y llenos de dolor. —Respuestas. Redención. Una razón para seguir adelante.—

Jungkook se levantó y se acercó a Jimin. —Quizás la respuesta está en lo que hacemos. En las vidas que salvamos, incluso si eso significa quitar otras.—

Jimin asintió lentamente. —Somos como los fantasmas de esta ciudad. Nadie nos ve, pero todos sienten nuestra presencia, algunos nos fichan como las peores escorias al ser asesinos.—

—Quizás eso es suficiente—, dijo Jungkook. —Quizás no necesitamos más que esto.—

Pero en lo más profundo de su corazón, ambos sabían que había algo más. Algo que los empujaba a seguir adelante, a buscar respuestas en las sombras de la ciudad de los "sueños".

La relación entre Jimin y Jungkook era un enigma incluso para ellos mismos. Se movían en un delicado equilibrio entre la pasión y lo peligroso, entre los secretos compartidos y las miradas que decían más de lo que las palabras podían expresar.

En las noches sin luna, cuando la ciudad se sumía en un silencio profundo, se encontraban en su refugio. El penthouse se convertía en su santuario, un lugar donde las reglas del exterior no aplicaban. Allí, las luces tenues creaban un ambiente íntimo, y los susurros se perdían en las sombras.

Jimin trazaba patrones invisibles en la piel de Jungkook, acariciando cada lunar, cada cicatriz marcada en sus brazos y pecho. —¿Qué somos Jungkook?—, pregunto, con su aliento rozando el cuello de su compañero.

Jungkook cerró los ojos, sintiendo la calidez que emanaba el cuerpo de Jimin. —somos dos almas rotas que se encuentran en la oscuridad, dos piezas de un rompecabezas que no encajan en otro lugar.—

Jimin se acomodo mejor para mirarlo directo a los ojos, — ¿ Y si no estamos rotos y solo somos diferentes?.—

Jungkook sonrió acariciando el cabello sedoso de Jimin. — Diferentes pero complementarios, como una melodía, como las sombras y las luces.—

Las noches se volvían eternas cuando se perdían en conversaciones sin fin. Hablaban de sus pasados, de todas las decisiones que han tomado para llegar donde están, Jimin revelaba su soledad en la niñez, Jungkook revelaba sus más grandes miedos.

—Me pregunto, ¿como llegamos a confiar tanto el uno en el otro?— pregunto Jimin acariciando el rostro del contrario.

Jungkook unio sus frentes, mirando las facciones delicadas de su amado, —Porque en este mundo de sombras, tu eres mi única luz, porque cuando te miro, veo la esperanza que creía perdida, y al igual que para mí significas todo, yo soy tu todo.—

Jimin rozó suavemente sus labios con los de Jungkook, — ¿Y si todo esto es un sueño, y descubrimos que solo somos sombras?.—

Jungkook lo beso con pasión. —Entonces, al menos habremos vivido un sueño juntos—

Pero el mundo exterior seguía girando. Las misiones continuaban, y las sombras acechaban. Jimin y Jungkook sabían que debían tomar una drástica decisión; seguir siendo fantasmas, o arriesgarlo todo por un futuro juntos. Y en esa elección, posiblemente encontrarán la verdadera esencia de su relación: la valentía de amar en medio del peligro, la fuerza para enfrentar la oscuridad juntos.



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Me disculpo por si hay faltas ortografícas, e incoherencia, soy nueva en esto y estoy tratando de dar lo mejor de mi para que logre agradarles la historia 😓.

La última Bala (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora