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―¿Campamento? ― Uraraka suspiró en su asiento y Aizawa asintió

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―¿Campamento? ― Uraraka suspiró en su asiento y Aizawa asintió.

―Les servirá para fortalecer sus quirks y entrenar... nos vamos mañana por la mañana.

La campana sonó y el teléfono de Ochako vibró en su bolsillo, lo sacó con cuidado y arrugó el cejo viendo que tenía tres llamadas perdidas de Dabi y de Toga.

Salió del salón y marcó el numero de su novia sin éxito de contestar, pasó a llamar a Dabi y lo mismo, ninguno de los dos contestó. Suspiró y guardó el aparato en su bolsillo, entrando al salón y acostándose en la mesa. Cerró sus ojos y suspiró sintiendo caricias en su cabello. Le recordó a Himiko y dejó caer lágrimas silenciosas.

―Himiko... ― susurró haciendo que las caricias pararan. Abrió los ojos y se incorporó de la silla mirando a Bakugo quien la miraba con los ojos abiertos ― no... no es lo que piensas ― se apresuró a decir.

Bakugo solo se rascó la nuca y tomó la cabeza de Uraraka haciendo que se acostara en la mesa y así poder retomar las caricias en su cabello castaño. Ochako sollozó y se cubrió la cara con las manos llorando silenciosamente.

―No es necesario que me digas nada, Uraraka-chan ― susurró Bakugo en su oído ― por lo menos se que te trata bien y que es buena contigo... eso es todo lo que necesitaba saber.

―¿No estás enojado? ― murmuró y Bakugo negó con una risita.

―No, se que no eres una espía ni nada así... sé que la amas con todo tu corazón y si tu corazón te dijo que ella era la indicada, tendré que soportarlo supongo ― dijo sonriendo mientras Ochako caía en un sueño profundo.

**

―Gracias ― murmuró cuando despertó y sintió a Bakugo a su lado. El cenizo estaba con la cabeza encima de la suya y Uraraka solo suspiró apoyándose en la mesa.

"si tu corazón dijo que ella era la indicada, tendré que soportarlo supongo"

―No pienses más de la cuenta, Uraraka-chan ― gruñó Bakugo despertándose y estirándose en la silla ― solo te calentarás la cabeza, No. Pienses. En. Eso ― dijo golpeándola en la frente con el índice.

―Auch ― sonrió al verlo sonreír y asintió sobándose la frente con cuidado. Miró a Bakugo y se apoyó en la mesa con una mirada que simplemente no supo como identificar ― ¿nos vamos juntos en el autobús mañana?

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Al otro día

Uraraka suspiró y se rascó la nuca un tanto nerviosa hasta que Bakugo tomó su mano y negó con una sonrisa.

―Te vas a hacer daño, no sigas ― dijo tomando su mano y dejándolas en su muslo. Uraraka asintió y miró por la ventana ― ¿Qué te tiene tan ansiosa?

―Tengo un mal presentimiento... eso es todo ― murmuró con una mueca y Bakugo asintió lentamente ― ayer, ella me llamó y no ha contestado desde la llamada perdida que tengo de ella.

𝓣𝓪𝓺𝓾𝓲𝓬𝓪𝓻𝓭𝓲𝓪 | 𝓣𝓸𝓰𝓪𝓒𝓱𝓪𝓴𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora