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Hace tres años

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Hace tres años

―¡¡Vamos Ochako-chan!! Usa tu quirk y dejaremos de molestarte ― se burló un chico con gafas mientras sostenía el cabello de Uraraka y otro la golpeaba en la cara.

―¿Qué están haciendo? ― una silueta de una chica se posó en el campo de visión de la castaña.

―¿Quién eres? ― gruñó un chico acercándose a ella con intenciones de golpearla, pero solo vio negro al recibir un golpe en la cara.

―¡¡Kami!! ―gritó el que tenía a Ochako tomada del pelo. La tiró en un callejón y se enfrentó a la chica que sacó un cuchillo de su bolsillo haciendo que el chico gritara y corriera hasta la calle.

―¿Estás bien? ― Uraraka miró a su salvadora y asintió mientras la chica mostraba su mano y ella la tomaba para sacarla del callejón y la basura ― ¿Por qué te hacían bullying?

―Por que soy fea ― murmuró buscando sus lentes y al ponérselos miró a la chica más detenidamente sonrojándose al instante ― ¿cómo te llamas?

―Toga, Toga Himiko ― sonrió sosteniendo su mano y estrechándola ― ¿y tú?

―Ochako Uraraka ― sonrió mostrando sus dientes blancos. Salieron del callejón con una sonrisa y las manos unidas ― tengo que ir a mi casa... ― murmuró Ochako viendo la hora en su teléfono y haciendo una mueca.

―¿Quieres que te acompañe? No tengo nada que hacer ahora ― sonrió Himiko abrazando su brazo sonrojando a Ochako.

―Bueno... ― no hay nada de malo que me acompañe, ¿no?

El camino fue silencioso y lleno de miradas de parte de ambas, cuando llegaron a la casa de Ochako la castaña abrió la puerta y dejó entrar a Toga quien miraba todo impresionada.

―¡¿vives acá?! ― Ochako asintió con una sonrisa entrando a la casa con Toga.

―Mis padres ganan bastante dinero ― sonrió incómoda― me iré a bañar... espérame en mi habitación ― Toga asintió y fue hasta el segundo piso encontrando una puerta rosada con el nombre "Ochako<3" grabado en la pintura. Sonrió y entró con cuidado.

―Wow, Ochako-chan si tiene del verde ― murmuró con una sonrisa viendo la habitación gigante que tenía. Se sentó en la cama y rebotó haciéndola reír. Hasta que su teléfono sonó y con un gruñido contestó ― ¿Qué?

―¿Dónde estás? ― Toga rodó los ojos y siseó.

―Hola, papá, estoy bien gracias ¿y tú?

Sabes que me importa una mierda como estás. Quiero que vuelvas a casa ahora, viene gente importante más rato y te quiero ahí, ¿oíste? ― Toga rodó los ojos y sonrió.

𝓣𝓪𝓺𝓾𝓲𝓬𝓪𝓻𝓭𝓲𝓪 | 𝓣𝓸𝓰𝓪𝓒𝓱𝓪𝓴𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora