Atentamente, Brighton

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Presente 

Solo pude mirar los claros ojos de la mujer, intenté hablar, lo juro, pero las palabras me ahogaban mientras las lágrimas me cegaban.

- ¿Qué ocurrió en las Islas Reing?- preguntó la sanadora. Al no escuchar respuesta insistió- Magnolia...

- Nada.

- ¿Nada?

- Nada de lo que deseé o quiera recordar.

- Si no hablas, el trauma terminará de matarte.

- Que así sea, entonces- Mencioné con frialdad.

La sanadora se echó hacia atrás apoyando su espalda en el respaldo del sofá largando un suspiro con frustración.

-Debes hablar, Magnolia-. Insistió la sanadora-. ¿Qué recuerdas?

Apenas unas pocas lágrimas se escaparon de mis ojos al recordar.

-El frío, la hambruna, el olor a pólvora, a sangre...

- ¿Qué más, Magnolia?

-No quiere saber el resto-. Respondí mientras que con mis manos acomodaba mi ahora inmóvil pierna.

-Vamos, Mag- Volvió a insistir.

Dejé escapar más lágrimas y sentí como mi voz se cortaba al intentar hablar.

-Tuvieron que mutilarse ellos mismos... -Confesé sin poder mirarla.

- ¿Se mutilaban?

Asentí.

-Oh dios...-Susurró con horror.

-Y.... y yo también lo he hecho.

La sanadora se acomodó en el sofá y se aclaró la garganta.

- ¿Hablas de que te mutilaste a ti misma o que mutilaste a alguien más?

Miré como la sanadora anotaba en su pergamino y sus huesudos dedos temblaban al tomar la pluma, luego miré sus temerosos ojos que miraban los míos sedientos de alguna respuesta.

Aclaré mi garganta, me enderecé y respondí:

-Ambas. 


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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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