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Isadora despertó muy temprano debido a que Audrey se había levantado tres horas antes de clases para arreglarse, algo raro en la hija de Aurora debido a que no solía levantarse tan temprano, la chica castaña solía decir que tenía que dormir bien o si no le saldrían ojeras, sin embargo, hoy parecía que Audrey tenía algo muy importante que hacer debido a que se había arreglado de más
Isadora se estiró y miró el reloj; eran apenas las 4:30 de la mañana, el sol ni siquiera había salido aun y todo Auradon se encontraba en un gran silencio ─Audrey, sé que dije que podrías dormir en mi habitación en lo que arreglaban la tuya, pero eso no significa que podías despertarme tres horas antes de las clases ─ Se quejo la rubia
Hace menos de una semana Audrey y Isadora habían estado compartiendo habitación, debido que había sido culpa de Enzo que el cuarto de la castaña quedara totalmente destruido por lo que a Isadora no le quedo otra opción que aceptar a Audrey en su habitación hasta que su cuarto fuera reparado
─Te recuerdo que tu hermanito fue quien rompió mi pared con un carro de golf, así que deja de quejarte de mí─
Isadora rodo los ojos ante recordar ese suceso ─Debí haber pedido que mis derechos como princesa se cumplieran y no permitir que me pusieran una compañera de habitación─ Murmuro Isadora arrepentida de no haberse negado a que Audrey se quedara con ella ─ ¿Por qué te estas arreglando tan temprano? Creí que debías de dormir lo suficiente para que no te salieran ojeras─
─ Tengo una cita con Ben estoy segura de que por fin me pedirá ser su esposa─ Hablo emocionada Audrey
Isadora solo se le quedo mirando, se sentía mal por ella, cada día escuchaba como Audrey platicaba con sus amigos sobre como probablemente ese sería el día en el que Ben le pediría ser su esposa y nunca sucedía, ninguno de los dos se amaba mutuamente, solo habían aprendido a estar juntos, pero eso no quitaba el hecho de que Audrey se emocionara con la sola idea de que Ben le pediría casarse y vivirían felices para siempre
─Llevo escuchando por los pasillos como dices esa misma frase como cada día y nunca se cumple, no me caes bien Audrey, pero te lo digo porque me da pena verte así, Ben no te pedirá matrimonio─
Audrey se detuvo un momento al escuchar las palabras de Isadora ─Eso no es verdad, Ben y yo estamos hechos el uno para el otro, solo dices esas cosas por envidia, te da envidia que yo sí haya conseguido a mi príncipe azul mientras que tu terminaste con el tuyo hace dos días ─
Isadora se molestó bastante con el comentario de la castaña ─ Cree lo que quieras, yo intente advertirte antes de que termines llorando y cuándo Ben encuentre a quien en verdad es su amor verdadero, me reiré de ti en tu cara y te diré te lo dije─
Audrey parpadeó, sorprendida por la respuesta de la chica ─ ¿Te atreves a decirme eso? ─preguntó Audrey con indignación ─Cuando me vuelva esposa de Ben y sea tu reina, me asegurare de que pagues lo que acabas de decirme─
Isadora frunció el ceño al escuchar la amenaza de Audrey ─ Por favor, Audrey, no puedes ni matar a una mosca ¿Enserio crees que te tengo miedo? ─
Audrey dio un paso hacia Isadora su expresión se mostraba enojada ─Deberías─
La rubia solo se rio burlonamente y también dio un paso hacia Audrey ─La que debería de temerme eres tú, que no se te olvide lo que sucedió con Hanna el año pasado─ En ese momento los ojos de Isadora adquirieron un intenso brillo amarillo, el cual se quitó a los segundos y la única que lo noto fue Audrey quien pensó que ya se estaba volviendo loca imaginando cosas
Audrey retrocedió un paso con su mirada aún fija en Isadora, pero esta vez demostraba algo de miedo ─Debieron de enviarte a la isla cuando paso lo de Hanna, ese es el lugar al que perteneces─ Audrey se dio media vuelta para salir de la habitación
Isadora vio cómo Audrey se daba media vuelta y se dirigía hacia la puerta con paso rápido, deseando que no volviera nunca más su habitación ─ ¡Como la odio! ─ Grito la chica y a medida que el enojo se apoderaba de ella, su cabello comenzó a brillar con el mismo resplandor intenso que había notado en el cabello de su hermano
Un brillo dorado y casi sobrenatural comenzó a emanar de sus mechones, llenando la habitación con una luz cálida y deslumbrante ─ ¿Qué está pasando? ─Murmuró para sí misma, mirándose en el espejo de la habitación
Isadora estaba a punto de entrar en pánico si ni fuera por que recordó como ayer cortando el pelo de su hermano podía hacer que se detuviera, la rubia empezó a buscar unas tijeras por todos lados
Isadora se movía frenéticamente por su habitación, buscando entre los cajones, debajo de la cama y sobre los estantes, finalmente, en un rincón del tocador, encontró un par de tijeras que solía usar para cortar su cabello, las tomó con rapidez y sin pensarlo corto un mechón de cabello haciendo que este dejase de brillar y que el mechón cortado se volviera café oscuro
Con el corazón aún acelerado, se sentó en el borde de la cama y examinó el mechón de cabello que había caído al suelo, en ese momento recordó las palabras de su hermano diciendo que debían de investigar qué es lo que había sucedido e Isadora creyó que tal vez debió de haberle hecho caso a su hermano
