Right now

32 3 25
                                    

Fui directa a la puerta para abrirla. 

Hoy estaba más nerviosa de lo normal. Bueno, era de esperar. 

Llevábamos seis meses esperando el puñetero juicio, recogiendo pruebas y comprobando si habían más víctimas de Marcos Jones.

Agradecía no haber encontrado a ninguna más por el bien de ellas. Por buena o mala suerte nos toco pasar por todo eso a mi mejor amiga y a mi, pero todo eso iba a acabar.

Él iba a tener su merecido. O eso creía. 

—Joder, con este calor es horrible tener que llevar esta barriga —entró quejándose mi amiga dándome abrazo, bueno, si se podía llamar abrazo.

—¿Cómo esta Nathaniel? ¿Estarás cuidando bien de mi sobrino, no Emily?

Se giró mirándome furiosa y yo me empecé a reír.

Recuperar a mi mejor amiga era de las mejores cosas que me habían pasado en estos últimos seis meses. Entre otras, Oliver estaba enorme, mi madre cada vez se encontraba mejor y no había vuelto a saber nada más sobre mi ex pareja. 

Pero esta semana era el dichoso juicio, y algo a mi no me olía muy bien. 

—Mi madre no para de insistir en que debería hacer el primer trimestre de universidad online —dijo Emily atracando mi nevera con toda la confianza del mundo—. Pero creo que sacar a este niño de mis entrañas, desaparecer un año aproximadamente y dejarlo con la mujer que me parió sería mejor idea.

Me reí porque sabía de sobras que no sería capaz de dejar a su hijo ni muerta.

Otras chicas hubieran preferido interrumpir un embarazo así. No solo por que aún era muy joven, si no también por la forma en que fue creado ese niño. Pero Em quiso seguir adelante. Tenía más que claro que iba a ser madre soltera y que ese niño no necesitaba un padre. A demás, tampoco tenía ganas de enamorarse. Y yo la apoyaba por encima de todo. 

—¿Cómo vas con las cajas? —abrió una bolsa de patatas fritas y escogió la que más le gusto. 

—No me hables de eso ahora Emily —le dije mientras me tiraba en el sofá y me acurrucaba en su tripa hinchada—. No quiero irme y dejarte solita. Eres capaz de dejarte la barriga por algún lado. ¿Qué va a ser de tu vida sin mi?

La muy tonta se reía a carcajadas.

—Idiota —me abrazó como pudo—. Nat y yo te vamos a extrañar mucho, tía Chloe. 

Hice un puchero y me abracé más a ella tanto como me permitían sus condiciones.

—Y yo a vosotros. 

Realmente todo había pasado muy rápido. 

Ni siquiera nos presentamos al baile de graduación porque todo se nos venía encima. Aun que había visto en Instagram el apasionado beso que Maia Harris y Rhys Miller se habían dado después de su actuación en el escenario. Sabía que Rhys era buen chico. Maia y yo habíamos iniciado una bonita amistad y me alegraba saber que podía contar con ella. 

 Por otro lado, está semana era el juicio y a la siguiente ya estaría de camino a Boston para instalarme en la universidad de MassArt. Estar tan lejos de mi familia y de mi amiga iba a ser complicado. Pero se me había presentado esta oportunidad y no la iba a desaprovechar para nada. Iban a ser dos largos años, pero me iba a venir bien estar lejos de este sitio que llevaba meses siendo un infierno para mi. 

También me había asegurado de que mi madre estuviera en buen estado y de que mis abuelos pudieran estar por ella. De hecho, fue mamá quien me dijo que no lo dejara pasar. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

LatidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora