Esperando noticias

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Sus vidas parecían ir perfectas, hasta el momento mantenían un buen equilibrio entre su labor de caballeros y su vida doméstica, así como que vivir juntos iba de maravilla, lo que Ambrosius siempre imagino que sería vivir con Ballister, además de que este último ya parecía más realista en cuanto al regreso de Nimona, pues al menos en las últimas semanas no salía tan seguido a buscarla e incluso ahora le pedía a Ambrosius que lo acompañara las veces que iba.

Esa alegría de que al fin todo lucia perfecto solo duro unas tres semanas, pues después Ballister empezó a sentirse mal, al principio pensaron que se trataba de un resfriado, pues él caballero de negros cabellos empezó a sentirse cansado y con algo de dolor en los huesos, pero tras la primera semana de esos síntomas se sumaron otros, como lo eran los mareos al levantarse y algunos vómitos durante el día.

Ambrosius comenzó a preocuparse, por lo que cuando les anunciaron que volverían a sus labores de caballeros durante todo el día él pidió una acepción para Ballister, pues no lo veía en condiciones de estar todo el día fuera de casa, aunque este insistía en volver a sus labores de caballero en su totalidad.

Después de poco más de dos meses de su regreso, la pareja se vio en su primera discusión, por un lado, Ballister, quien insistía en volver a sus labores como caballero a tiempo completo, pues eso era lo que quería desde que limpio su nombre, y por el otro lado, Ambrosius, quien le insistía en que no podía por su estado de salud, el cual no parecía querer mejorar.

-Solo es algo de agotamiento, el reino es tranquilo, puedo realizar mis labores sin problemas–Insistía Ballister.

-Bal, por favor, no estás en condiciones en caso de que algo llegue a suceder –Intentaba hacerle entender a su pareja.

-Nada malo va a suceder.

Ambrosius apretó los labios mientras llevaba su vista al brazo robótico de su novio –No puedes garantizarlo –Un silencio se formó entre ambos -Ballister –Tomaba con delicadeza la mano robótica con la suya –Solo quiero que estés bien, si tú salud mejora puedes volver a tus labores de forma completa, pero por el momento, lo mejor es tener precaución, al menos hasta que mejores.

Tardó en responder en lo que entendía que Ambrosius solo estaba preocupado por él –Esta bien, pero una vez mejore volveré a las fuerzas tanto como tú –Él rubio le sonrió en señal de aceptación.

Nada mejoro desde esa noche, al contrario, todo parecía empeorar, tras unas semanas desde su acuerdo, Ambrosius noto que su novio estaba muy pálido durante su patrullaje, por lo cual decidió no esperar a que terminara su turno y lo mando a casa, Ballister protesto, alegando que su acuerdo era que podía realizar sus funciones hasta el mediodía, pero Ambrosius uso su puesto como capitán para mandarlo a descansar.

El resto de cabellos pensó que Ambrosius estaba sobre-protegiendo a su novio, incluso Todd hizo una broma sobre que era un esposo controlador que no dejaba trabajar a su mujer, por desgracia, todos sus comentarios fueron callados una media hora después, cuando a Ambrosius le informaron que Ballister fue trasladado al hospital, se había desmayado en los vestidores.

Rápidamente dejo su puesto y corrió al hospital, se maldecía a si mismo por dejar que Ballister se fuera solo, debió de acompañarlo de regreso a casa, él vio lo pálido que estaba, sabía que esas últimas semanas Ballister no estaba bien.

Apenas puso un pie en el hospital exigió información sobre Ballister, donde estaba, que tenía, quien lo estaba atendiendo, la pobre recepcionista no sabía cómo calmarlo o explicarle lo que había pasado, Ambrosius estaba alterado, sabía que tenía que ser serio para que trasladaran a Ballister al hospital en vez de atenderlo en la enfermería del instituto, miro con seriedad a la chica quien después de unos segundos que se le hicieron eternos, le indico en qué lugar le estaban haciendo los exámenes a Ballister.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora