Capitulo 38: Sospechas y Dudas

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<<Wendy>>

Tierras salvajes hace 10 años.

Peter y yo estábamos recostados cada uno en una rama del árbol que era el techo de su guarida y de sus niños perdidos. Era de madrugada y el sol casi iba a salir, sin embargo no me sentía cansada ni con sueño, era una sensación extraña pero muy agradable, era como estar viviendo en una hermosa fantasía de la que no quería despertar nunca.

-¿Y qué opinas de Nunca Jamás Wendy -preguntó Peter muy expectante por mi respuesta - ¿A que es más bonito que Londres?

Yo no quería ser tan tajante con mi respuesta, aunque definitivamente era mucho más bonito que cualquier lugar que yo hubiera visto antes.

-Es...diferente -respondí sin darle mucha importancia.

-Pero diferente es mejor ¿verdad?

-Diferente es solo eso: Di-fe-ren-te, ¡no es mejor ni peor! -me limite a responder para exasperarlo un poco como siempre lo hacía (me encanta hacerlo rabiar).

-Bueno...diferente o no será mejor que te guste, porque este será tu nuevo hogar, aquí conmigo y los niños perdidos.

-¡Hey un momento! acepté ser la madre de esos chicos pero nunca dije que me iba a quedar.

-Bueno...pero si no te quedas ¿como es que los cuidarás y les leerás cuentos? ¡no puedes hacerlo desde Londres! ¡Debes quedarte!

Peter tenía razón con eso, no podía ser una buena madre si no estaba con mis hijos ¿verdad?

-¡Ya sé! puedo venir un par de días al mes y estar con ustedes -Peter hizo un mohín, ya que la idea no le había gustado en lo absoluto.

-Pero, si haces eso cada vez que nos veamos estarás más vieja ¡Yo no quiero a una anciana a mi lado!

-No estaré más vieja, solo... creceré un poco, no es gran cosa ¡hasta puede ser algo bueno! Me gustaría ser un poco más alta y fuerte para poder controlar mejor a los niños y poder luchar a tu lado contra los piratas ¿no te gustaría eso?

-Si supongo...entonces hagamos esto: Yo iré por ti cada luna llena y te quedaras conmigo unos días, después te regresas a tu aburrida vida en Londres donde no puedes volar ni luchar con piratas. -Ambos comenzamos a reír y nos miramos con complicidad -Pero, cuando ya estés lo suficientemente grande, entonces te quedarás a mi lado para siempre ¿lo prometes?

-Está bien Peter, ¡Te lo prometo! -enganchamos nuestros dedos meñiques para sellar la promesa -Espero que para ese tiempo Campanita y yo podamos ser amigas, ella es tan huraña y hostil conmigo. Aun no puedo creer que haya convencido a los niños perdidos de que yo era un pájaro gigante y de que me dispararan. ¿Y si me hubieran matado? ¡Además yo no parezco un pájaro! - Peter comenzó a reír tan estrepitosamente que casi se cae del árbol.

-¡Claro que pareces un pájaro! uno de esos grandes y gordos que apenas si se elevan del suelo, pero es que este fue apenas tu primer vuelo, ya te acostumbraras y lo harás mejor cada vez que regreses a Nunca Jamás.

Su comentario me molesto tanto que juré que la próxima vez que alguien volviera a compararme con un pájaro lo golpearía en la nariz.

Jolly Roger en el presente.

Aun cuando terminamos las maniobras para zarpar hace un par de horas me tuve que quedar en mi puesto como navegante junto Arriaga, el viento cambiaba de dirección erráticamente y es difícil mantener el curso, además aún estamos una zona de mucho tráfico náutico y tenemos que estar al pendiente de todo tipo de embarcaciones grandes y pequeñas que salen y llegan a la isla de Tierra del fuego.

Regreso a Nunca JamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora