I could listen to you all night long

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—No lo sé, Leah ha estado mucho tiempo en su teléfono. Creo que hay alguien. —Escucho a Madison, una chica de cabello negro y ojos marrones, decir.

Estoy sentada en la cafetería, con Madison, Jason y Lexi, cerca del Teatro. Mi teléfono vibra en mis manos, y siento una punzada de culpa al ver que mi pantalla se ilumina con un nuevo mensaje de el cobarde.

—No hay nadie, solo estoy hablando con un amigo que conocí en un concierto. —Respondo, tratando de sonar casual, aunque mis dedos tiemblan ligeramente.

—¿Es lindo? ¿Va para el otro lado?- se mete Jason, con una sonrisa pícara. Levanto la vista y niego con la cabeza.

—No lo sé. —Murmuro, sintiendo mis mejillas arder.

—¿Como que no lo sabes? —Jason se burla, con un tono de incredulidad.

—Nunca lo vi en persona. —Admito, con un ligero rubor.

—¿Y tienes fotos de él? —Cuestiona Lexi, una chica con el cabello rubio hasta los hombros y ojos azules, con una mirada inquisitiva.

Niego con la cabeza, evitando el contacto visual.

—No...

—¿Alguna vez le viste la cara? —Lexi insiste, con un tono de sospecha.

—Nop. —Respondo, con voz baja.

—Dijiste que lo conocías. —Lexi me mira fijamente.

—Bueno, no exactamente, pero es difícil de explicar.

—¿Él sí te conoce? —Jason interroga, con una mueca de duda.

—Sí, trabaja para esa banda, según. —Respondo.

—Te van a secuestrar. —Exclama Madison, con un tono de exagerado, mientras se lleva una mano a la boca.

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— ¿Por qué me llamas, cobarde? —pregunté al aceptar la llamada de Nev, mientras me acomodaba en el sofá y tomaba un sorbo de mi café.

— No lo sé, quería escuchar tu voz. — respondió Nev, con un tono suave que me hizo fruncir el ceño.

— Pues ya me escuchas. Esa es tu voz, ¿o la finges? — dije, jugando con el borde de mi taza.

— ¿Por qué preguntas? Es mi voz normal.

— ¿Seguro? —  insistí,  mirando hacia la ventana,  sintiendo una punzada de curiosidad.

— Pues sí, es con la voz que nací. —  aseguró.

— Voy a creerte por ahora. —  dije,  con una sonrisa irónica.

— Muy bien. ¿Qué haces, Leah? —  preguntó, con un tono más relajado.

— Tratando de descargar algo para mi trabajo, ¿tú, cobarde? —  respondí,  mientras tecleaba en mi laptop.

— Estoy escribiendo algunas cosas, pero la verdad es que llevo un buen rato y digamos que me he aburrido un poco. —  dijo, con un bostezo.

— ¿Qué escribes?

— Cosas de trabajo, aburridas. —  respondió con un tono desanimado.

— Del uno al diez, ¿qué tan aburrido es tu trabajo?

— Digamos que un cuatro. A veces es divertido, a veces no.

Mi Querido Extraño(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora