Met you at the right time

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—Siento que voy a morir, Leah. —Jason reclama mientras termina de acomodar su vestimenta. Sus manos tiemblan ligeramente mientras ajusta el cuello de su camisa, sus ojos reflejan un miedo palpable.

Estábamos a minutos de empezar el primer show de tres sobre esta obra la cual yo escribí. Aunque no se me da bien, si la gente lo odia me mataré, irónicamente. Por favor, no piensen que estoy mal emocionalmente. Sí, lo estoy, pero no tanto.

Si alguien escuchara mis pensamientos, me internarían en un psiquiátrico definitivamente.

Hoy lo veré a Nevian y espero que no sea un asesino serial. Y si estoy confiando en un desconocido para juntarnos a solas en un restaurante que no sabía qué existía a unas cuadras del teatro. 

Respiro hondo, intentando calmar mis nervios, y me obligo a sonreír.

—No vas a morir, pesado. —intento calmarlo. Le doy una palmada en la espalda, tratando de transmitirle algo de mi confianza.

—Leah, el teatro está lleno más que las anteriores veces. —Jason se aferra a su libreto, sus dedos blancos por la tensión.

—Estaremos bien, solo intenta no vomitar en el escenario, por favor. —Le guiño un ojo, tratando de aligerar la atmósfera.

—Intentaré. —Asiente con la cabeza, sus labios apretados en una línea fina.

—Si sigues así, caminaremos por el espacio. —Le hago una mueca, tratando de bromear, pero mi voz suena más nerviosa de lo que me gustaría.

—Por favor, no, lo odio. —Se encoge de hombros, sus ojos buscando consuelo en los míos.

—Ya lo sé, por eso mismo.

—A veces no sé si eres mi amiga o mi hater. —Se encoge de hombros.

—Hater el noventa y cinco por ciento del tiempo. —Respondo con tono de broma.

—¿Y el otro cinco por ciento? —Inclina la cabeza, curioso.

—Tu hater, pero más amable.

—No lo sé, tú serás secuestrada hoy. —Me señala con un dedo, con una expresión exageradamente seria.

—No me pasará nada. —Me cruzo de brazos y me rio con desdén.

—¿Y si te roban? ¿Viste ese episodio de la serie de los bomberos en el que al que atiende los llamados al novecientos once lo llevaron a una cita y después, en lo oscuro, le robaron y golpearon? —Se agarra el pecho dramáticamente, como si Se hubiera acordado de algo aterrador.

—Sí, me lo dices siempre. —Ruedo los ojos.

—Bueno, por las dudas, recuerda su cara.

—No soy buena recordando nombres y caras. Puede pasar la persona más famosa del mundo y nunca la reconocería ni por el nombre. —Me encogo de hombros.

—Por eso Lee.

—Si fuera por mí, no sabría tu nombre.

—Lo sé, te conozco, eres mi mejor amiga y yo soy tu mejor amigo. —Mr pone una mano en el hombro.

—¿Quién dijo que tú eres mi mejor amigo?  —Me aparto un poco en broma.

—¿No lo soy? —dice con fingida molestia.

—No, no lo eres, tonto. —Rió y le doy un pequeño empujón en el hombro.

—Mala persona, yo sí te quería.

—Bien, vamos todos a hacer un círculo —grita nuestro director—. ¡Bien, vamos todos de la mano, chicos!

Todos nos agarramos de las manos y empezamos a agitarlas entre nosotros. Gritamos y nos desahogamos para luego poder entrar en escena.

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⏰ Última actualización: 11 hours ago ⏰

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Mi Querido Extraño(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora