Es solo... a veces me pregunto por qué me siento así contigo.
Levanté una ceja, intrigada.
Cómo así? - dije confundida.Rai tomó aire profundamente apunto de expresar sus sentimientos cuando derrepente su teléfono empezó a sonar.
Soñó el teléfono y Rai contestó rápidamente.
R: Hola, Rai! Qué tal?
Rai: Hola, Rodri! Bien, y tú?
Rodrigo: Bien también. Oye, te apetece salir esta tarde y dar una vuelta?"
Rai: Sí, pero estoy con Alondra.
Te molesta?Rodrigo: No, claro que no. También irá Iván.
Rai: Ok! Nos vemos a las 5 en la plaza.
Rodrigo: Sí, nos vemos. Chao!
Me quedé mirando mal a Rai y sentí una punzada en el pecho, como si un nudo se formara en mi garganta. La idea de que Rai pudiera estar compartiendo algo importante conmigo, solo para que todo se desvaneciera por una simple llamada, me dolía más de lo que quería admitir. Deseaba llorar, dejar que las lágrimas fluyeran y liberar la tensión acumulada, pero sabía que no podía. No en ese momento.
Rai se movía con una energía despreocupada, buscando un abrigo y ajustándose el cabello frente al espejo. La indiferencia de Rai me hizo sentir aún peor.
Oye, por qué no te preparas también? saldremos en un rato con Rodrigo y Iván - dijo Rai sin mirar hacia atrás, como si no supiera lo que estaba pasando en mi mente.
Forzé una sonrisa, aunque mi corazón se sentía pesado.
Sí, claro... - respondí con un hilo de voz, mientras luchaba por contener las lágrimas. Me di la vuelta y me dirigí a buscar mi ropa, deseando que el dolor desapareciera antes de salir.Rai terminó de arreglarse y, con un último vistazo al espejo, salió de la habitación sin esperar a que yo dijera algo más. Me quedé un momento en la puerta, respirando hondo para calmar las emociones que me invadían. Finalmente, me vestí con rapidez, eligiendo una camiseta cómoda y unos jeans anchos. Al mirarme al espejo, intenté recordar cómo solía ser antes de que todo esto comenzara a complicarse.
Cuando bajé las escaleras, Rai ya estaba en la sala, lista y con una sonrisa que parecía brillante.
Estás lista? - preguntó con entusiasmo.Sí, vamos - respondí, tratando de imitar su energía. Caminamos juntas hacia la puerta, y al salir sentí el aire fresco chocar contra mi rostro, como si me despertara de un sueño.
Al llegar a la plaza, vi a Rodrigo e Iván sentados en un banco. Rodrigo estaba hablando sobre algo mientras Iván reía. Cuando nos vieron, se levantaron de un salto.
Hey Chicas! - gritó Rodrigo con esa energía contagiosa que siempre lo caracterizaba. Listas para pasarla bien?
Listas - respondimos al unísono, aunque mi voz no tenía la misma chispa que la suya.
Nos sentamos en el banco junto a ellos. La conversación fluyó rápidamente, Rodrigo contaba historias graciosas sobre sus últimas aventuras y pronto todos estábamos riendo juntos. Sin embargo, mi mente seguía divagando entre mis sentimientos por Rai y la frustración de no poder expresarlos.
Después de un rato de risas y charlas despreocupadas, Rodrigo miró hacia nosotras con una sonrisa traviesa.
Oigan, tengo una idea... qué tal si vamos de villa este fin de semana? Hay más amigos que se unirán y podríamos divertirnos mucho.Rai y yo intercambiamos miradas. La idea sonaba atractiva, pero también me llenó de ansiedad.
De villa? - pregunté.Sí - continuó Rodrigo emocionado.
Va a ser genial. Solo unos días para relajarnos y disfrutar
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100 problemas, tú mi solución. -Railo
FanficY entonces, cuando más lo necesitaba, ahí estabas a mi lado. Sin saber bien porqué... me enamoré, no lo entendía y me daba miedo que esto fuera realidad. Soy Alondra, y soy hetero, o eso creía yo. Ella, mi mejor amiga Rai... ¿Todo esto va a acabar...