Mi mente bloqueo todo lo sucedido de esa madrugada, lo único que recuerdo fue haberle hecho caso a Manuel, haber corrido a abrazar fuertemente a mi hermana y de un segundo a otro, estaba levantandome de la cama adormecido observando a mis hermanos, haciendo a toda prisa sus maletas, a mi madre maquillada de una forma estúpida tratando de taparse las heridas, cosa que se notaba claramente.
Nadie quiso decirme a dónde íbamos a ir y si íbamos a volver, mire por todas partes pero no ví por ningún lado a Jose Manuel, nadie decía nada, todos estaban enfocados en sus actividades, mi madre me observo unos segundos con una mirada de ternura, ya tenía mi ropa lista y no tarde mucho en cambiarme. Cuando termine, ya tenían todo lo necesario en la entrada principal, mi mamá estaba buscando unos papeles mientras Manuel fue por un taxi, Silvia no quería decirme nada y Mi madre estaba tan enfocada en lo suyo que apenas y me prestaba atención. Manuel volvío en menos de 5 minutos, metieron las maletas y unas cosas más en la cajuela del taxi. Manuel se fue en el asiento del copiloto, Silvia entro primero en los asientos de atrás, después yo y por último mi madre, antes que arrancará el carro mi mama echo una mirada completa a la casa, como si observará miles de recuerdos en un segundo, vivencias que tuvo en ese hogar, sus momentos felices y sus momentos donde no sabía si sobreviviría, el recuerdo de una madre primeriza llena de sueños llegando por primera vez a una casa que ya pertenecía a ella y su esposo, los recuerdos de un matrimonio, unos jóvenes que pensaba que serían felices por siempre y solo eran ilusiones falsas que se convirtieron en una pesadilla real, echó un suspiro profundo y prosiguió a decirle al taxista, la dirección donde iríamos.
Llegamos a la estación de autobuses, ahí supe claramente a dónde iríamos sin necesidad que nadie me dijera, claramente era a la casa de mi abuela, soliamos ir todas las vacaciones de verano y diciembre, un pueblo retirado donde a duras penas llegaba la señal de televisión, no había internet, ni señal de telefono. En las 5 horas del viaje mis hermanos apenas y pronunciaron palabra alguna, mi madre solo se limitaba a mirarnos y con sus suaves manos acariciaba nuestras caras, me dormi a los pocos minutos y cuando desperté estábamos a pocos kilómetros por llegar, Manuel no paraba de observar la ventana, su mirada divagaba demasiado, notaba que era más triste, en ocasiones cambiaba sus expresiones como si un mal recuerdo recorriera constantemente su cabeza,
mi hermano había cambiado, lo notaba, era demasiado obvio, me daba rabia ver cómo su sonrisa reluciente y envidiable se había apagado. Algo realmente fuerte había sucedido, pero tendría que esperar años y mucha sangre para saber lo que había pasado esa madrugada.Recordar ese día me trae nostalgia y lastima al mismo tiempo, me hace pensar que realmente, en algún momento tuve una buena familia, una familia unida en contra de un solo enemigo, sin embargo las cosas cambiarían ese mismo verano.
El día que llegamos mi abuela nos recibió sin ninguna sorpresa, en su corazón sabía que en cualquier día su hija volvería a la "protección" de su madre. Desde un principio mi abuela se había negado a la relación de mis padres, al parecer conocía demasiado bien a José Manuel para adivinar lo que era capaz de llegar hacer, lo único que le sorprendió es que su hija haya tardado tanto para tomar la decisión de dejarlo.
Con treinta y cinco años, tres hijos y sin ninguna fuente de apoyo económico aparte de su "esposo", mi madre decidio abandonar a José Manuel y luchar por una vida más digna e independiente.
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Mi madre sentía que repetía la historia de mi abuela, a la misma edad mi abuela había quedado viuda con cuatro hijas Selene la mayor que en ese tiempo tenía 15 años, Rosario de 13 años, Clotilde de 9 y Laura, mi madre que estaba a semanas de nacer. Nunca supieron que le pasó a mi abuelo en realidad, pero la sola imaginación era un tormento constante, un día no llego a la hora que solía volver del trabajo, mi abuela preocupada se quedó despierta toda la noche hasta que a las tres de la mañana escucho como un camioneta se estacionó fuera de su puerta, en un lapso de unos 30 segundos los cuales se tardaba de ir desde su habitación hasta la venta de sala principal, se escuchó como se bajan unas personas de los costados de la camioneta. Cuándo mi abuela abrió la ventana de forma discreta, llegó a observar como dos señores dejaban una bolsa negra en la reja de enfrente y salían a toda velocidad de la calle.
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El Fanatismo De Un Asesino
HorrorHe cometido las peores acciones según la sociedad, he violado, secuestrado y asesinado. No me siento mal por mis acciones, no tengo culpa ni miedo de que me pueda pasar, no siento remordimiento alguno, al contrario me siento feliz, excitado y lleno...