ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ "Sabes que es amor cuando todo lo que deseas es estar a todas horas con la otra persona y de alguna manera sabes que la otra persona siente lo mismo que tú. No es quien te roba el corazón, sino quien te hace sentir que lo tienes de vuelta. (...) Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que vas a quererme sin respuestas" ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ ᥫ᭡ ᝰ
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Tenía ciertas dudas sobre lo que hablaríamos en la habitación. Rezaba internamente para que todo fuera como debía, de forma correcta. Y en el fondo, deseaba ser correspondida.
En los pasillos no había nadie. Me había cruzado con alguna chica que iba a lo suyo, aunque alguna se daba cuenta de dónde venía y hacía un gesto de asco. No me importaba mucho, tenía otros asuntos en los que pensar, pero me obligué a recordar sus caras. Tal vez, Tom podría echarme una mano con ellas.
Cuando estuve frente a su puerta, dude si tenía que tocar o no. Estaba a tiempo de salir corriendo y aceptar que no me gustaba, lo que sería la mentira más grande de mi vida.
«Vamos, tú puedes. Eres de Gryffindor, no eres cobarde. Lucha por lo que quieres y no pienses en los demás» me motivé tocando la puerta.
-No pensé que tardarías tan poco. Ven, entra -me indicó Tom algo sorprendido.
-Hice esta ruta miles de veces, es normal que me sepa el camino.
Todo estaba perfectamente recogido, en comparación a la primera vez que pisé la habitación. Incluso parecía que vivía solo, porque Regulus había guardado sus pertenencias.
El silencio incómodo reinó por unos minutos, intentando no mirarnos y pensar en otras cosas.
-¿Te apetece algo de tomar? -me sugirió.
-No, así estoy bien. Mejor hablemos del tema.
-No creo que tengamos mucho de qué hablar, gatita. Ambos sabemos lo que hicimos en la biblioteca, fue con consentimiento. Si quieres añadir algo...
Me removí nerviosa sentada en los sofás individuales que tenían. Claro que quería añadir algo, pero me daba vergüenza hacerlo sin que él me confiese cómo se sentía.
-El beso me gustó -empecé mi discurso preparado en el camino-. Me gustó más de lo que pensaba y me arrepiento de sentirlo así. Tú dijiste que no te disgustaba, pero eso no significa que te guste. Menos tanto como a mí. Lo estuve pensando y lo consulté con gente de confianza. Lastimosamente, llegué a la mágica conclusión de que me gustas. No sé si es enamoramiento, pero por lo menos me atraes. Eso es un buen comienzo siendo yo. Y no sólo físicamente, sino también por personalidad. Consigues que te admire cada día más y siempre mantuve el pensamiento de que, si un hombre me hacía admirarlo, me casaría con él. Es una idea ridícula, cosas de niñas pequeñas que he mantenido hasta ahora contigo. Pasar más tiempo juntos ha hecho que te vea de otra forma. Más que si fueras el pesado prefecto de Slytherin mandón que sólo quiere que se cumpla su voluntad y es asquerosamente el alumno ejemplar para la mayoría de los profesores. Porque eso pensaba de ti, es decir, en el pasado. Pero me has dado la oportunidad de conocerte, de saber más de ti y tus cosas personales como creo que lo hice yo. Así que estoy dando este discurso más largo que los libros de pociones para asegurarte que me gustas y me encantas. No tengo que enrollarme más para que captes la idea.
