. ෴ . ෴ . ෴ . ෴ . ෴ . “El amor no mira con los ojos, sino con el alma. (...) Sea lo que sea de lo que estén hechas nuestras almas, la tuya y la mía están hechas de lo mismo.” . ෴ . ෴ . ෴ . ෴ . ෴ .
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Después de conversar ampliamente con Tom, asistí al entrenamiento de mi mejor amigo. Bueno, quién dentro de poco sería mi novio.
Sabía que simplemente tenía que expresarle mis sentimientos, pero estaba intranquila. A lo mejor, se había pensado mejor las cosas y ya no le gustaba como decía.
Llegué algo más tarde de lo normal. No tanto, solo unos 5 minutos de más. Cedric me había dicho que podíamos hablar antes del entrenamiento y por eso quise evitarlo llegando tarde.
Entré a los vestuarios para buscarlo, sabiendo que todos ya estaban preparados. Me sorprendió no verlo por ahí, así que le pregunté a Malcolm.
–Oye, Preece –le llamé–. ¿Sabes dónde está Cedric?
–El capitán salió a hablar con alguien. Pensé que eras tú, porque la voz era femenina.
Le agradecí y fui hacia las gradas, para asomarme y verlo en el campo. Gracias a mi buena vista, lo divisé hablando con una chica de cabello negro. Al parecer, se llevaban muy bien; tenían mucha cercanía y él se reía seguidamente.
Sentí una punzada de celos al ver cómo se abrazaban para despedirse. Quise fulminarlos con la mirada, aunque por fuera parecía una chica inofensiva. Era lo que podía hacer el autocontrol.
Cuando ella se apartó para irse, pude verle la cara. Era Cho Chang. ¿Qué pretendía hacer una chica como ella con Cedric? Es verdad que hubieron rumores de que eran pareja, pero él siempre me los negó. A lo mejor se haría realidad hoy.
Notó mi mirada sobre él y me sonrió. Me dieron ganas de no volver a verlo y de insultarle en todos los idiomas posibles, pero en vez de eso, negué con la cabeza y me senté en las gradas de más arriba para perderlo de vista. Pensaba coger su escoba para hablar conmigo mas su equipo lo evitó entrando al campo preparado.
Durante el entrenamiento, Cedric parecía concentrarse. Alguna vez su mirada se desviaba de sus compañeros y me buscaba; yo simplemente lo evitaba observando al resto.
Al acabar, no bajé de inmediato. Dejé un margen de tiempo para ir a los vestuarios. El último del equipo salió, despidiéndose de mí y entré aprovechando que sólo estábamos Cedric y yo.
–¿Se puede saber qué hacías tan ocupado con Cho? –interrogué entrando al lugar.
–Hablando de temas triviales. No es nada importante. ¿Te molestó?
La pregunta me enfadó más de lo que ya estaba. Esa conversación es inaceptable.
–Cedric, hay cientos de rumores sobre ambos. Todos opinan que sois pareja.
