Capítulo 1

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“El rascacielos"

Vladimir.

Que puta mierda.

Es lo único que se repite en mi cabeza una y otra vez mientras escucho a mis socios hablar. Me aburren las reuniones de la mañana, todos huelen a que les hace falta sexo para ser menos amargados.

—¿Qué opina, señor? —es obvio a quien se refiere el hombre canoso y de aspecto miserable.

—Que el dinero invertido en el proyecto parece al fin dar buenos frutos. —hablo ojeando nuevamente los gráficos de ganancias.

—Así es. —responde.

Por el resto de la reunión los escucho hablar, hoy no siento el ánimo de poner sonrisa de idiota mientras hablo de dinero e inversiones.

Cuando al fin se termina, salgo con dirección a mí oficina y no me sorprende ver la figura de Tasha fumando mientras mira la ciudad desde las amplias paredes de cristal.

—Buenos días, Vladimir. —se voltea apenas cierro la puerta, el humo sale de sus labios mientras sonríe de lado.

—Días, Tasha, Días. —me apresuro a sentarme en mi silla—. Si fueran buenos yo estaría follandome a una linda mujer y no aquí. —empiezo a leer los papeles que mi asistente ha dejado aquí.

—Que bellas aspiraciones, Vladi. —escucho su risa leve y continuo leyendo —. Si fuera por tí, vinieras una sola vez al mes y te pasarás todo el día con mujeres.

—Que bien me conoces, Tash. —continuo leyendo.

—¿Y si salimos a beber está noche? —pregunta y camina hasta las sillas frente a mí escritorio.

—Ya no tenemos 20, Tash. —le digo y firmo la hoja que estaba leyendo.

—Pero aún no tenemos 60, Vladi. —me recuerda.

—Aún con 60 voy a verme igual de sexy, no intentes ofenderme, Tash. —le digo y le saco una risa que luego comparto.

—Adivinare... ¿Seguirás con el mismo orgullo y arrogancia? —su pregunta me divierte.

—Siempre, Tash. —le respondo.

—Que aburrido eres, anciano. —sigo con mis papeles —. Si así eres a los 40, no me imagino a los 60.

—No tengo 40, Tasha. —le aclaro serio —.  Tengo 35.

—5 más o 5 menos, no es gran diferencia. —titubea —. ¿Me acompañas o no a beber, anciano? —pregunta.

—Bien. —respondo sin mirarla.

—Perfecto. —se levanta de su silla —. A las 10:00 en el bar de Iván.

—¿Pretendes recordarme como fueron los años de universidad? —escucho su risa y la miro.

—Mejor, si tenemos suerte follaremos como si lo fuéramos está noche. —dice sonriente.

—Me niego a ir allí, en esta época hay demasiados borrachos. —le hago saber y rueda los ojos.

—Fuiste uno de ellos hace unos años. —me recuerda.

From Ice To Love (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora