Cap. 01

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"Un nuevo comienzo"

La mansión Mendoza se alzaba majestuosa bajo el cielo grisáceo, sus muros de piedra y ventanales  reflejando la luz difusa del atardecer

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La mansión Mendoza se alzaba majestuosa bajo el cielo grisáceo, sus muros de piedra y ventanales  reflejando la luz difusa del atardecer. Valeria Rivera, con la maleta en mano y una mezcla de nervios y determinación en el corazón, se acercó a la entrada principal. Habían pasado casi dos años desde que dejó este lugar para estudiar en Londres, y el regreso no era como había imaginado

Al cruzar el umbral, Valeria sintió una oleada de nostalgia. El vestíbulo grande y elegante, con sus altos techos y pisos de mármol, la recibió con el silencio pesado de los secretos y tensiones no resueltas. Había ganado una beca en una prestigiosa escuela de negocios internacionales en Londres, un logro que había sido su orgullo, pero ahora, al regresar, la misma mansión que la había acogido como hija adoptiva parecía fría e indiferente

Montserrat, su mejor amiga desde la infancia y la única en la familia que siempre había mostrado un atisbo de cariño genuino, la recibió con un abrazo cálido

—¡Valeria! ¡Qué bueno verte de nuevo!— Montserrat exclamó, sus ojos brillando con sinceridad

Valeria sonrió, agradecida por el cálido recibimiento

—Montse, es bueno estar de vuelta. Londres fue increíble, pero nada se compara con estar en casa

—¿Y cómo va tu trabajo? ¿Sigues con la empresa internacional?—preguntó Montserrat, mientras la conducía al salón

—Sí, sigo trabajando para ellos. Afortunadamente, puedo hacerlo de manera remota desde aquí. Tengo que viajar ocasionalmente, pero la mayoría del tiempo puedo manejar todo desde Agua Azul—explicó Valeria, tratando de mantener un tono optimista

Sin embargo, la atmósfera cambió cuando Dimitrio Mendoza apareció en el vestíbulo. Su mirada se encontró con la de Valeria, y ella pudo percibir el desdén que siempre había estado presente. Dimitrio, con su actitud distante y su rostro impasible, no ocultó su desagrado

—Valeria—dijo con una frialdad calculada—qué sorpresa verte por aquí

Valeria se irguió, decidida a no dejarse intimidar

—Dimitrio—respondió con voz firme, —he vuelto para quedarme, así que espero que podamos encontrar una manera de llevarnos bien

Dimitrio entrecerró los ojos, su expresión impenetrable

—¿Llevarnos bien? Qué gracioso, considerando que tú siempre fuiste la intrusa aquí

Las palabras de Dimitrio eran como un golpe bajo, pero Valeria no dejó que su calma se rompiera

—Puede que tú me veas como una intrusa, pero tu padre me acogió como a una hija. No estoy aquí para causar problemas, solo quiero estar con la gente que considero mi familia

Dimitrio dio un paso más cerca, su presencia imponente

—Familia... Esa es una palabra grande para alguien que no tiene sangre Mendoza corriendo por sus venas

Valeria sintió la punzada de sus palabras, pero no retrocedió

—No se trata solo de la sangre, Dimitrio. Se trata del amor y el cuidado que se da. Y aunque te cueste aceptarlo, Lauro me dio eso

Dimitrio permaneció en silencio por un momento, su mirada dura como el acero. Finalmente, habló, su voz baja y cargada de resentimiento

—No eres más que una carga para esta familia. Y tarde o temprano, te darás cuenta de que no perteneces aquí

Antes de que Valeria pudiera responder, Montserrat intervino, su voz firme

—¡Basta, Dimitrio! Valeria es parte de esta familia, te guste o no. Papá la ama como a una hija, y no permitiré que la trates así

Dimitrio miró a su hermana, su rostro se suavizó ligeramente, pero su actitud desafiante no desapareció

—No es asunto tuyo, Montserrat,” murmuró antes de girar sobre sus talones y alejarse

Montserrat se volvió hacia Valeria, su expresión preocupada

—Lo siento, Valeria. Dimitrio puede ser muy... difícil a veces.

Valeria suspiró, agradecida por el apoyo de su amiga

—Lo sé, Montserrat. Pero no voy a dejar que me afecte. Estoy aquí para quedarme, y haré lo que sea necesario para encontrar mi lugar

A medida que la noche avanzaba, Valeria intentó adaptarse a su regreso. Las conversaciones con Montserrat fueron reconfortantes, pero la hostilidad de Dimitrio y el desaprobador silencio de Graciela eran constantes recordatorios de los desafíos que enfrentaría en esta nueva etapa de su vida

Después de un rato, Valeria decidió que era hora de saludar a la persona que más significaba para ella en esta casa: Lauro Mendoza. Subiendo las escaleras, se dirigió hacia el estudio donde Lauro solía pasar sus tardes leyendo y trabajando. Tocó suavemente la puerta antes de abrirla

—Lauro," llamó Valeria con voz suave, asomándose por la puerta—¿Puedo pasar?

Lauro levantó la vista de su libro, y una sonrisa cálida se dibujó en su rostro al ver a Valeria

—¡Valeria, hija mía! Entra, entra— dijo, dejando su libro a un lado y levantándose para recibirla

Valeria cruzó la habitación rápidamente y se abrazó a Lauro, sintiendo una oleada de emociones

—Te he extrañado tanto— susurró, con lágrimas de alegría asomándose en sus ojos

Lauro la abrazó con fuerza, transmitiéndole el cariño y el apoyo que siempre había encontrado en él

—Y yo a ti, Valeria. Has crecido tanto. Estoy muy orgulloso de todo lo que has logrado

Se separaron, y Lauro la miró con ternura

—Cuéntame, ¿cómo estuvo Londres? ¿Qué tal fueron tus estudios?

Valeria sonrió, emocionada por compartir sus experiencias

—Londres fue increíble. Aprendí muchísimo y conocí a gente maravillosa. El programa de negocios internacionales fue todo un reto, pero me encantó cada momento. Y ahora, estoy trabajando para una empresa internacional desde aquí, así que puedo quedarme en Agua Azul

Lauro asintió, sus ojos reflejando el amor que sentía por Valeria.

—Siempre serás bienvenida aquí, Valeria. Esta es tu casa, y siempre lo será

En ese momento, Valeria sintió que, a pesar de los desafíos y las tensiones, había un lugar para ella en la mansión Mendoza. Mientras conversaba con Lauro sobre sus experiencias en Londres y sus planes para el futuro, Valeria se dio cuenta de que, con su apoyo, podía enfrentar cualquier cosa que viniera

My Dear Val-Dimitrio MendozaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora