Cap. 12

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Kyoko terminaba de limpiar la choza. Rin estaba afuera. Le estaban enseñando a trabajar en los cultivos. Inuyasha entró a la cabaña. Vio a Kyoko sentada en el suelo, descansando. - Hola Inuyasha.

- Hola... Qué extraño que no andas por ahí.

- ¿Por ahí?

- Sí. Siempre estás afuera.

- Pues... tengo cosas que hacer en casa, no voy a estar fuera siempre.

El híbrido se recostó en el suelo alejado de ella, mirando al techo. - Rin me dijo que te ha visto con Seshomaru... Ni siquiera sabía que venía seguido hasta que me lo dijo.

- Oh. - Las palabras no acababan de salir de su boca. Comenzó a jugar con sus dedos y a estirar con ellos partes de su kimono.

- ¿Cómo ocultas el olor?

- ¿Qué?

- ¿Cómo ocultas el olor de Seshomaru? Yo vivo aquí también, y nunca lo he olido en ti.

- ... Me doy un baño cuando se va.

Inuyasha no dijo nada después de eso. Se mantuvo tumbado, mientras la imagen de Aome se pasaba por su cabeza una y otra vez. La extrañaba demasiado.

A veces quería ser amigo de Kyoko, igual que con Sango, pero apenas y sabía como hablarle a pesar de que dormían en la misma choza. Quizás era interesante, quizás tenía algo que decir, pero claro que no se lo iba a decir a él, si a penas interactuaban. Y no era el único, ella apenas interactuaba con cualquiera. A lo mucho trabajaba en los cultivos de vez en cuando o se la pasaba arreglando la casa y cocinando. Luego dedicaba su tiempo a Rin y el resto de su día había sido desconocido para los demás hasta que se enteró de que lo usaba para ver a Seshomaru.

- Por cierto... Sango se enteró de que está embarazada. - le informó el muchacho. Los párpados de Kyoko se abrieron más.

- Eso es maravilloso - respondió con una voz animada - Dile que cualquier cosa que necesite puede contar conmigo.

Inuyasha sabía que realmente no se podría contar tanto con Kyoko. Pero le dijo que sí.

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Ella rascaba sus dedos uno por uno, mientras sus cabellos se enredaban por culpa del viento. Estaba tranquila, pero algo inquieta. Su cabeza reposaba en el hombro del demonio. Cerraba sus ojos lentamente. Se había comenzado a cuestionar si siquiera tenían cosas en común. Los silencios no eran para nada incómodos. Sin embargo, sentía que debía decir algo, solo que no lograba encontrar qué.

- Has subido de peso. - rompió el hombre de la nada.

- ¿Qué? - Despegó su cabeza de su hombro rápidamente. Lo miraba con una expresión algo confundida y desanimada. ¿Cómo podía ser tan insensible?

- Es bueno. Me alegra ver que estás comiendo bien. Sigue haciéndolo.

- ¿No te molesta?

- ¿Por qué lo haría? Me tranquiliza verte bien.

Su tono de voz siempre era monótono. No importaba lo que dijera, siempre contenía en sus palabras una escasez de sentimentalismo que hacía difícil no creer lo que afirmaba.

Seshomaru, por su parte, se sentía extraño. Hablaba mucho más de lo usual. Recalcaba lo obvio. Y se sentía bien hacerlo con ella. Kyoko le contaba de vez en cuando sus sueños. No soñaba vivir con él en su palacio. Ella deseaba vivir algún día en un bonito lugar con el césped verde y saludable. Que las copas de los árboles le brindaran sombra a su pequeña casa, construida cerca de un río. Que pudiera cultivar sus alimentos sin darle una parte a un señor feudal (cómo lo hacían casi todas las aldeas). Entonces decía, "Ya no tendría que preocuparme entonces. No necesitaría nada más. Viviría llena de paz. Y en invierno comería pescado y manzanas".

Era muy tierno escucharla, hasta que ella misma se devolvía a la realidad y terminaba su discurso, "Pero supongo que siempre ha de haber alguna razón para no cumplir esos sueños. No debería ser tan complicado, pero los humanos creamos sistemas y leyes y jerarquías. Incluso si eso no me detuviera, me detienen los demonios. Y si no me detienen los demonios me detienen los bandidos. No sabes lo mucho que disfruto de mi soledad... A menos que alguien me ofrezca una buena compañía, claro. Sin embargo, no podría sobrevivir yo sola. Y por eso no lo hago. Por eso no me voy. Ojalá y no fuera una criatura frágil. Ojalá y fuera un monstruo horroroso y repulsivo. Así los peligros que ahora me preocupan no me amenazarían y podría vivir en paz".

Le resultaba triste saber que tenía razón. Pero no solo los humanos, incluso los demonios tienen jerarquías. El sencillo y pacífico sueño de Kyoko que no pedía más de lo que podía necesitar, era imposible en el mundo en el que vivían. Incluso dijo que en su época sería igual de difícil conseguirlo. Pero él quería cumplir ese sueño, o al menos la mayor parte de él. Y quería ser parte de su sueño.

El también disfrutaba su soledad hasta que comenzó a compartirla con ella. La admiraba... Profundamente la admiraba; por estar dispuesta a mejorar. Le quedaba mucho por aprender por supuesto. Aún no estaba en la mitad de su vida.

- ¿Sabes? - le dijo - No todos los sueños pueden llevarse a cabo. Pero seguramente tienes alguno que sí. Tienes muchos sueños... Podría sorprenderte hasta dónde puedes llegar.

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Si les actualicé jaja. Se viene desarrollo de personaje en el siguiente cap para Kyoko (no se preocupen, este es un slowburn, slice of life, comfort type of fanfic, el drama es interno. Así que no se va a morir nadie.)

Sálveme Señor _ Seshomaru x lectora (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora