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Me abrazo a mí mismo, buscando consuelo, pero mis brazos no tienen la fuerza de otros tiempos. Son como ramas quebradizas, temblorosas, incapaces de sostener el peso de mis lamentos.

Limpio las lágrimas una vez más, pero sé que volverán, fieles compañeras de mi soledad. Lávate la cara, intenta sonreír, aunque sea una sonrisa vacía, una falsedad de la alegría nula que siento.

Me miro al espejo y no reconozco al reflejo,

ese extraño con ojos hundidos y piel pálida.

¿Dónde quedó la joven llena de esperanzas?

¿Fue devorado por la rutina, esa bestia caníbal?

Soy el bufón del palacio vuelvo a sentirte indigno de ser humano, como si fueras un error en el código de la vida.

Un poco más y no habrá nada más, solo el eco de tus pensamientos, un silencio frío.

¿Cómo llegué a este punto de quiebre?

¿En qué momento perdí la conexión con la esperanza?

Ahora me aferras a la soledad como a un naufragio, donde las olas de la desesperación te arrastran.

Recordaré los días en que era un niño, cuando el mundo era un lienzo en blanco,

y yo, el artista de mis sueños.

Cuando lo único importante era ver mi caricatura favorita y jugar hasta ya no poder correr más

Cuando llegaba por las tardes con mi ropa y manos llenas de lodo, ahora llego por las noches y me encierro en depresión y ansiedad total

¿Dónde quedó esa inocencia, esa fe?

Me abrazaré a mí mismo, buscando respuestas, pero mis brazos son frágiles, como ramas secas.

Limpia las lágrimas una vez más, porque el dolor no se rinde fácilmente.

UN EXTRANJERO EN MI PROPIO MUNDOWhere stories live. Discover now