-¡Eva!-la voz de mi madre me devolvió a la realidad, hizo que levantara la cabeza.-¿En que pensabas hija?
Yo bajé la mirada, sonriente.
-Te preguntaba si habías escuchado el mensaje de voz que te mandé el otro día.
-Si, si mamá.
-Pues muy contenta no pareces.¿De verdad, en qué estabas pensando?
-En Ch....en nada mamá, solo estaba...-intente buscar una excusa- hablando conmigo misma.Y, lo del audio...tampoco es para tanto, en plan ¿Hay que ponerse así de contenta?
-¿No te hace ilusión?
¿Pero que demonios era?Una parte de mi quería escuchar el audio, pero la otra me decía que no me hacía falta.
Así que decidí ser sincera.-Mama, no lo he escuchado.
-Pues escuchalo, que vas a morir internamente...espero.
Le dediqué una sonrisilla mientras salía del salón.
Escucha el audio.
Ahora no, ya lo escucharé luego.
Escucha el audio.
Ay, que luego lo escucho.
Escucha el audio.
¡Calla ya, conciencia, que me agobias!
Yo te lo he avisado, y si mamá es tan insistente con el audio por algo será.
Me fui a mí cuarto pensando en que podría hacer.
Cuando vi un cuadro de Chris y de mi me eché a llorar.¡Como deseaba volver a tenerlo cerca! Llevábamos dos años juntos y un día de repente ¡Plof! ¡Lo amaba mucho pero lo odiaba tanto!Ya no sé que pensar de él.A veces era un maldito incordio que te daban ganas de arrancarte la cara de la rabia...,ese Chris insultante al que no le importas nada,ese Chris que su objetivo es hundirte todo lo posible para bajar tu autoestima.Pero a veces era ese Chris que todos conocían.El Chris que le traía regalos a su novia, el Chris que veía películas romanticas con ella, el Chris que, cuando llorabas te abrazaba hasta detener tu depresión...Había cambiado tanto...Para animarme un poco decidí llamar a Lía.
-¡Tía,eso no que es muy caro!-me chilló, arrancándome maquillaje de mis manos.
Le dediqué una sonrisa.
Lía tenía el pelo corto negro y con flequillo y unos ojos oscuros preciosos.-¿Vais a pagar ya?-la chica de la tienda nos miraba con cara de asco.
Fuimos a cenar a un burger King que había cerca y empezamos a hablar.
-Tia, escucha el audio de tu madre.
-Ah, pero que tú también lo sabes.
-Claro, me lo ha dicho-dijo con la boca llena de comida.
-¿Y por qué debería hacerlo?
-No te lo puedo decir.
-Tia, es que...
-Escucha el audio.