Capitulo III

144 25 9
                                    


Ya era de día pero dos jóvenes no iban a levantarse aún, al menos no uno, el más flojo de los dos.

Dazai: ¡Chuuya! Hazme un sandwich...

Chuuya estaba profundamente dormido, pero el llamado de Dazai lo despertó de golpe. Sus ojos se abrieron con pesadez y se frotó los ojos con las manos.

Chuuya: ¿Qué quieres un maldito sandwich a esta hora?

Dazai: Si, no seas flojo

Chuuya: No soy flojo, sólo estoy cansado. Además, ¿por qué quieres un maldito sandwich a esta hora?

Dazai: Porque tengo hambre

Chuuya: ¿Y por qué no preparas tu propio sandwich? No es mi responsabilidad alimentar a un pervertido

Dazai: ¡Por favoooor!

Chuuya: Está bien, está bien. Sólo porque no quiero que me insultes si te digo que no.

Se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, con Dazai siguiéndolo. Chuuya se acercó a la nevera y comenzó a ver qué tenían para comer pero el problema es que su trasero quedó alzado. Dazai no pudo evitar notar la vista que tenía delante, especialmente el trasero de Chuuya. Sus ojos se entrecerraron mientras lo miraba.

Dazai: Wow, ¿qué tenemos aquí?

Chuuya: Me tocas y te rompo las costillas

Dijo sin voltear a verlo.

Dazai levantó las manos en señal de rendición, aún mirando fijamente el trasero de Chuuya.

Dazai: Tranqui, sólo estaba observando. No tienes que ser tan agresivo

Chuuya sacó un par de cosas para hacer el sándwich, tuvo que subirse a un banquito ya que la encimera era bastante alta y se le hacía incómodo cuando la encimera casi le llega al pecho. Dazai se quedó observando a Chuuya mientras subía al banquito para alcanzar las cosas. Su expresión se volvió aún más intensa mientras lo veía trabajar, especialmente su trasero apretado por la falda.

Dazai: Te ves bien desde arriba, chibi

Chuuya: ¿Quieres dejar de ser un perro calenturiento?

Dazai: No puedo evitarlo, es difícil no fijarse en ti cuando estás tan cerca y con esa falda puesta

Chuuya: Yo no opino cuando te pones esos shorts deportivos y cuando se te marca.... Todo...

Dazai se dio cuenta de cómo se ponía Chuuya, y una sonrisa traviesa apareció en su cara. Él sabía exactamente lo que estaba haciendo.

Dazai: ¿Ah, sí? ¿No te gusta lo que ves?

Chuuya: ¡No! ¡Aléjate!

Dazai: Vamos, chibi, no puedes mentirme. Sé que te gusta lo que ves

Chuuya: ¿Acaso quieres que te mandé al hospital otra vez? ¡quítate hombre!

Dazai: Está bien, está bien. Sólo estaba jugando.

Se apartó del banco y se apoyó contra la encimera, observando a Chuuya trabajar en silencio.

La cocina se mantuvo en silencio, solo se escuchaba el movimiento de los utensilios. Chuuya se levantó para tratar de alcanzar un plato pero no pudo. Se acercó de nuevo a la encimera y agarro el sándwich para dárselo al mayor

Chuuya: Toma, tragatelo

Dazai aceptó el sándwich y se lo llevó a la boca, tomando un mordisco. Observó a Chuuya con una sonrisa traviesa mientras masticaba.

Omegaverse [Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora