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Desconocido

1942

Al sentir que alguien sacude mi cuerpo me sobresalto y despierto de golpe pero al ver quienes eran suelto un suspiro de alivio.

–No vuelvan a hacer eso,casi me dan un infarto niñas.

–Fue idea de Clara.

–¡Mentira! Abuela me conoces y sabes perfectamente de quién fue la idea.

–Ya da igual,¿Que quieren?

–Bueno pues ya es otro día,ya salió el sol y el cielo está despejado ...

–Eso ya lo sé,ve al grano.

–¿Alguien no se despertó de buen humor?

–No porque la despertaron,ahora supongo el porque están aqui.

–Bueno...nos dejaste muchas dudas anoche al contar la historia y como estamos de vacaciones contigo las queremos aprovechar al máximo.

–Muy bien,pero después me hacen un té.

–Vale,te escuchamos–Responden ambas acostandose cada una a mi lado.

–Volvamos al año mil ochocientos noventa y uno...

1891

Entraron al pueblo y la mayoría las observaba mientras ellas avanzaban incómodas.

–Juro que si recibimos una puta mirada más les doy una patada en el culo.

–Tranquila Ale,ahora debemos enfocarnos en buscar el lugar ese.

–Vale...–Respondió Arlet pero al ver como un hombre ve demasiado a Tania y no solo su rostro se acercó hacia el,molesta –oye imbecil,¿Disfrutas tu puta vista o que?–Le pregunto Arlet al señor.

–¿Que has dicho?

–Que si estás disf...

–No ha dicho nada, disculpe solo queríamos preguntar si de casualidad usted sabe dónde queda el psiquiátrico SSAR –Interrumpe Tania al instante.

–Claro guapa,solo es cuestión de caminar derecho y a tu izquierda la verás a pocos metros.

–Oh, gracias–Respondió Tania sonriente y al agarrar el brazo de Arlet la cual seguía molesta Tania camino más rápido.

–Es un idiota.

–Un idiota que nos dijo dónde queda SSAR.

–Pudiste haberle preguntado a otro idiota que no fuera ese.

–Para la otra me dices a quien preguntarle o lo haces tú si tanto te molesta,al fin se trata de tu familia psicópata,si es que existe claro.

–No uses ese tono,no conmigo Tania.

–Trato de ayudarte y se te ocurre molestarte por mi ayuda,así que no me digas que tono usar al hablar.

–Yo nunca pedí tu ayuda y sabías que eso de mudarnos a otro pueblo que no sabíamos si existía o no era arriesgado,yo no te obligue a nada y recuerda que existe una salida,una bastante grande para ti–Suelta Arlet con molestia.

–¡Pero te quiero ayudar! ¿Cuántas veces te lo tengo que decir?

–¡Tal parece que hace un momento me lo echabas en cara! Y no voy a tolerar ver qué me ayudes por sentirte obligada.

–No me siento obligada.

–Ayer dijiste que...olvídalo,adiós.

–¿A dónde vas?

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