My mask favorite

#08

Bert

1891:

Bert entra al baño y después de cerrar la puerta detrás de el toma asiento en el inodoro tratando de recordar que fue lo que le dijo a Arlet. Cerrando los ojos y con sus manos en la cabeza niega constantemente al escuchar voces,de nuevo,en su cabeza,esas voces que solo el las puede oír.

–Cállate,cállate,cállate maldita sea. Deja de hablar y decir eso,yo no mate a nadie,fuiste tú,no yo–Susurra para esa voz que no deja de hablar.

No sabe cuánto tiempo pasa hasta que escucha como tocan la puerta.

–¿Bert? ¿Estás ahí? ¿Todo bien?–Se escucha preguntar a Arlet.

(Joder,Arlet sigue ahí).

(Respira. Inhala y exhala).

(Inhala y exhala).

Después de unos minutos abre la puerta y da su mejor sonrisa hacia ellas bajo su máscara.

–Lo siento por tardar mucho y creo que ya es un poco tarde para que sigan aquí.

–Bert,fueron como cinco minutos nada más,¿Estás bien?–Al oír la voz de Tania se gira a ella y sus ojos caen en su cuerpo,su mirada la recorre de arriba a abajo haciendo que Tania se sonrojase.

–¿Cinco minutos? Me falló la cuenta entonces...

–Bert,te ves pálido,¿Seguro que te sientes bien?–Pregunto Arlet.

–Que si,solo...perdón pero las visitas se acabaron por hoy.

–¿Qué?–Murmuro Tania.

–No quiero tener gente aqui,¿No entiendes eso? Saben el camino,adiós.

Arlet solo observo la escena y como Tania se quedó un poco sorprendida al verlo responder así.

–Adiós.

Después Arlet salió enseguida de la habitación esperando a Tania,la cual seguía dentro.

–Tu también vete niña, entiende las palabras,quiero estar solo,largo de aquí.

–¿Por qué? Pensé que t...

–Pensaste mal,lárgate si no quieres que te eche a patadas de aquí–Observa como Tania sale rápido cerrando la puerta de un portazo.

–Maldita sea,¡Cállate ya!

Segundos, minutos,horas de silencio. Solo su respiración se escucha y claro...esa voz igual.

–¡¡Cállate!! ¡¡Yo no lo mate!! ¡¡Fuiste tú y ese hombre!! ¡¡Yo intenté impedirlo!!  ¡¡Ustedes me obligaron!!

«¿Nosotros?»

«Fuiste tú »

«Tú lo mataste»

«No te obligamos a nada»

«¡Asesino! ¡Asesino!»

–¡¡BASTA YA!!–Grito a sus voces.

Bert se sentó en el suelo, abrazando sus rodillas con los ojos cerrados porque si los abría sabía que volvería a ver esa imágen que lo perturbaba, esa imágen que trataba olvidar, esa imágen que fue lo más horrible que pudo ver, esa imágen que esa voz y hombre provocaron.

Siente una mano en el hombro y se sobresalta.

–Hey amigo, soy yo.Abraham,¿Recuerdas? Abre los ojos, no hay nada,no hay sangre ni cuerpo,todo está bien.

–El dice otra cosa.

–¿Le vas a creer a un mentiroso asesino? Tú no eres el,vamos,solo abre esos ojos.

Bert poco a poco abre los ojos y ve a su alrededor,todo rojo,un cuerpo,sangre,huesos...

–¡Dijiste que no había nada!–Reclama volviendo a cerrar los ojos.

«Tú hiciste esto»

«Mira el cuerpo,mira a quien mataste»

«Siempre serás un asesino»

—¡¡CALLATE YA!

–No hay nada,es el que te hace ver otra cosa. Abre los ojos y mira tus manos,no hay sangre por lo cual cuerpo tampoco,solo abre los ojos.

Al abrirlos mira sus manos. No hay sangre,están limpias. Mira a su alrededor,de nuevo no hay sangre,solo pintura roja en las paredes. Mira el suelo, tampoco hay cuerpo solo loseta.

–¿Mejor?

–Te mato si le cuentas a alguien.

–Tranquilo,esto queda aquí y además,los muertos no revelan secretos a lo que yo sé.

–Necesito salir.

–Unos vendados no estarían mal.

–Venados,conejos o lo que sea, necesito quitar estás necesidades.

–Bien,vamos amigo. Vamos a olvidarnos de la asquerosa realidad.

Bert y Abraham salen y caminan tranquilos hacia el bosque el cual no les queda tan lejos,al menos la entrada al bosque no. El resto del día olvidaron su realidad a su manera,mataron a su manera desquitando todo lo que les frustra con cada gota de sangre. Ese día fueron ellos mismos más que nunca. Los mismos asesinos temidos por todos.