"Vamos, solo es una visita. No creo que se enoje"
"¿Estás loco? ¡Apenas si nos mira desde aquel día! Somos unos pervertidos"
"Pervertidos ustedes. Yo solo quiero besuquearme a ese chaparrito"
A veces... las voces en mi cabeza se vuelven insoportables.
Necesito reflexionar y calmar a todo aquello que me preocupa, pero estar en la puerta de Pedro, justo frente a la oportunidad de encontrarlo... me hace pensar demasiado.
Me arrepiento totalmente de aquella vez..., dejarme llevar por mi subconsciente fue una pésima idea...
Pero ahora tengo la valentía de afrontar lo que hice. ¿No? Todavía tengo esa oportunidad para ser sincero, ser quien realmente soy... aunque realmente no creo que Pedro tenga la confianza necesaria.
¡Pero me hace hervir la sangre esa imagen de Pedro cerca del enano ese!
Mi ceño se frunce al recordar esa foto en los estados de Javier. ¿Cuál era la necesidad de mostrar que estaban en la misma fiesta? Yo le había rechazado a Javier justo para ir a visitar a Pedro...
...
Mi caminar era constante ese sábado por la mañana, caminaba hacia la casa de Pedro, pero el carro de Javier me rebasó y llegó primero a tocar su timbre.
Me detuve de repente y noté sus sonrisas nerviosas y el ligero rubor en el rostro de Javier. Era obvio y era tan tonto pensar en que yo tuviera oportunidad contra el enano más romántico que conocía (a pesar de ser un amargado con casi todos).
-Tonto..., eres un tonto, Batuecas... -me dije a mi mismo mientras regresaba por donde había llegado.
...
-Ehm... ¿Hola? -su dulce voz se escucha detrás mío y volteo rápidamente, casi golpeando a Pedro con las flores que había comprado.
-Hola... Perdón por no avisar... eh... quería... -muevo mi mano derecha en un ademán desesperado por tratar de buscar las palabras correctas -... ya sabes, arreglar las cosas, disculparme por lo de hace una semana. Yo...
-Casi una semana -Me corrige.
-Claro, eso... -Mi voz no deja de temblar al igual que mis piernas no dejan de hacerlo.
Me regaño internamente, pero eso solo intensifica el sudor en mis manos. La incomodidad que se nota en el rostro de Pedro me hace bajar la mirada avergonzado.
"Dile eso"
"Vamos, carajo. No llores en este instante"
"Quiero comer"
Odio las voces en mi cabeza. Es como si jugara fútbol con tres directores técnicos al mismo tiempo. Y lo peor de todo es que vamos perdiendo cinco a cero.
Me lamento haber venido, ¿Para qué vine, en primer lugar? es estúpido. Ya había pedido disculpas aquel día de la tocada. No había necesidad... ¿No?
-Creo que ha sido un error venir aquí. Yo...
-No te preocupes -apresura a decir Pedro con una sonrisa nerviosa -. Te invitaría a pasar, pero mis familiares son algo... metiches.
Carraspeo y fijo mi mirada aún más en el suelo.
-Ehm, claro. No.. no pasa nada.. -me fijo en las flores que tengo en mis manos y me vuelve la sangre al cerebro -. Estas son para ti... perdón si alguna está maltratada... un par de perros me persiguieron por dos cuadras.
El pequeño ríe ligeramente divertido mientras toma las flores en sus propias manos.
-No te preocupes. Se ven lindas.
Ese pequeño sonrojo que se muestra en sus mejillas me hace sentir tan raro y diferente a como soy siempre. Es como si fuera un detonante de sentimientos sin explicación... ¡Por dios, ni siquiera lo conozco! Apenas si le he dirigido la palabra por mi tonta imprudencia.
De repente mi cerebro empieza a pensar en alguna manera de escapar de mis propias sensaciones y del momento que estoy pasando
"Quiero comer"
"Tengo cosas que hacer, mañana también"
"Te dejaré descansar por tu día de trabajo"
-Bueno, veo que regresas de trabajar... Mejor te dejo descansar -digo rápidamente mientras trato de no tartamudear y bajo el escalón de la entrada en el que estoy.
-Vale, no te preocupes -responde Pedro apenas dirigiéndome la mirada.
-Hasta mañana, Pedrito. -agito la mano como ademán de despedida mientras retrocedo hacia el camino por donde llegué.
-Hasta mañana, Jorge... -dice haciendo el mismo movimiento
Camino mientras dejo de agitar la mano en señal de despedida.
Fue el peor encuentro que pude haber tenido, el peor encuentro del siglo. Si de verdad hubiera alguna manera de borrar mi existencia, ojalá lo pudiera hacer.
Mis experiencias amorosas no eran las mejores, incluso podría decir que ninguna lo era. Casi siempre eran por diferentes razones. Tan diferentes que ni siquiera sé pensar en las palabras correctas para empezar algo.
Las calles no están solas, yo camino por ellas y varias personas van en sentido contrario. Mi mente no dejaba de mostrarme los momentos en los cuales siempre se me rompía el corazón: "Eres demasiado para mí", "La verdad es que eres una carga sentimental", "Yo estoy dando todo, pero parece que tú no te esfuerzas". Y la verdad es que no podía esforzarme más de lo que ya lo hacía.
Si no eran mis sentimientos, era mi físico o mi propia "frialdad". Es que nunca podía ser suficiente para alguien. Siempre trataba de apoyar a los demás, ser alguien para ellos. Un soporte, pero no era suficiente. Era un intento en vano el tratar de mejorar como persona, en acoplarme a las necesidades de los demás y que ellos no se acoplarán a las mías. Tratando de ser yo mismo y haciendo que todos se fueran.
Haciendo lo que ellos me pedían y sintiéndome mal por ser algo que claramente no soy...
Al llegar a mi casa, tuve que dejar mi ropa hecha un camino de la entrada de mi habitación a mi cama, quedando solo en bóxer. Me recosté y solté un suspiro que decía mucho: que decía que estaba mal, que necesitaba de alguien, de algo.
Quería a Pedro.
"Pero ese es hueso de otro perro"
"Muchachos buenos y guapos hay muchos en el mundo"
"Pero ninguno como él"
"Y Javier nos acaba de ganar..."
"No he cenado"
El recuerdo de Javier solo me hace apretar los puños y desear que yo fuera él. Que yo fuera algo para Pedro. Que no fuera como soy.
Que yo fuera otra persona
Que no fuera yo.
.•°°•.
MUEJEJEJJE
Esta todo loquito mi Jorgis, llevenlo al psiquiatra.
En fin, espero les haya gustado a mis tres fieles lectores ^^
Byeee <3
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Quisiera saber
Fanfiction¿cómo puedes dejar de sentir en un abrir o cerrar de ojos? ¿por qué yo no puedo hacer eso?