- ¡Hakuji!
El nombrado giró el rostro en la dirección donde lo llamaban, encontrando a su prima y mejor amiga saludando desde las gradas. Ambas alzando sus manos y sosteniendo un pequeño cartel con su nombre. El chico sonrió.
Pidiendo permiso a su entrenador, se acercó a las chicas durante un momento para saludarlas, su turno en la competencia aún no comenzaba por lo que no recibiría alguna penitencia. Bueno, eso esperaba, los jueces eran muy impredecibles.
- ¡Te deseo mucha suerte, Hakuji! ¡Se que ganarás!
- Yo también lo creo. ¡Tu puedes!
- Gracias chicas.
El chico sonrió ante ellas, dejando a la vista una de sus muchas características que llamaban la atención del público: sus colmillos. Desde que tenía uso de razón estos habían sido parte de él, incluso cuando se cayeron sus dientes de leche y crecieron los actuales, nunca cambiaron su forma tan afilada.
Otra de las características que llamaba la atención de todos eran sus ojos. Tener ambos de diferente color era algo poco común, así que un deportista como el con aquellas características únicas era el foco de todos los fotógrafos.
Aunque no podía darle crédito solo a su apariencia, después de todo, era uno de los mejores de su equipo en el deporte por el cual estaba en esa competencia en primer lugar. Había viajado de muy lejos para cumplir su sueño.
Y también, para cumplir una promesa.
- ¡Equipo de Japón! ¡Última llamada al equipo de Japón!
Hakuji volteo al escuchar su país ser nombrado, por lo que se despidió de las chicas y corrió en dirección a su equipo, quienes estaban decidiendo quien pasaría primero. Empezó a calentar sus músculos mientras esperaba ser nombrado, muchos de los chicos eran jóvenes y se mostraban muy nerviosos.
Recuerda ese sentimiento cuando fue a las olimpiadas por primera vez, claro que había competido de forma nacional, pero hacerlo a nivel mundial había sido demasiado para su joven yo.
Sin embargo, había sido afortunado en aquella época, pues logro conocer a la persona que cambiaría su visión del mundo esa primera vez que estuvo lejos de su hogar.
Suspiró.
- Disculpa, señor Soyama.
Dirigió su mirada hacía la persona que le hablaba, era uno de los jóvenes, Inosuke si no mal recuerda. El chico se le acercó al tener su atención, parecía disperso y preocupado.
- ¿Qué sucede?
- Es solo que no veo al entrenador cerca y no sé si seré el siguiente, tampoco sé dónde está Tanjiro, él me prometió que estaría aquí.
Sonríe en dirección al menor, le da unas palmaditas en el hombro y lo lleva a las bancas para que se calme. Le explica que en las pantallas aparecerá su nombre cuando sea su turno y pregunta por la persona que menciono.
- Tanjiro es mi amigo - murmura, mirando alrededor, aún buscándolo.
- Oh, entiendo, descuida el estará por aquí en las gradas. Hay mucha gente así que puede que no lo encuentres a la primera.
Hakuji era demasiado bueno con los niños y aunque el joven que tenía a su lado tenía quince años, lo consideraba uno. Era demasiada presión para alguien tan pequeño, por eso se quedó a su lado hasta que fue llamado, le dio una última sonrisa.
- Ten confianza en ti mismo, recuerda tu rutina e intenta hacerlo lo mejor que puedas. La primera vez no siempre es perfecta, no te sientas mal si te equivocas o caes, levántate de nuevo y vuelve a intentarlo. ¿De acuerdo?
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Medalla de Oro
FanfictionQuién diría que conocería a la persona que pondría su mundo de cabeza en una competencia mundial. Y lo perdería en una, años después. Hakuji es un gimnasta reconocido a nivel mundial por sus rutinas basadas en movimientos de otras disciplinas, que l...