02

126 16 2
                                    

A.H.

—¿Qué onda con la doctora ahora?

—¿De qué o qué?

—Hay apa, de tanta bromita, había mucha confianza, ¿la conoces?

—Ah, sí fuimos al misma secundaria, era la musa de muchas canciones, yo estaba enamorado de ella, que cosas.

—Pues muchacha está chula, supongo que le pediste su número o algo, ¿no?

—Hijo de puta, yo no le pedí nada, wey.

Me tiré al asiento y miré al techo resignado.

—Lo bueno es que tienes una cita en tres semanas apa, si no, imagina que la deja ir otra vez.

—Joder, si es cierto, ¿te parece bien invitarla a salir?

—Digo que sí, apá, no parecía una interesada ni nada de eso.

—Ella nunca ha sido así wey, siempre fue muy amable con todos, y por eso me arrepiento de no haber hablado con ella o algo así.

—Pues sí, eso es feo, pero tú date, aunque no salga nada más, al menos tu niño interior estará en paz por haber hablado con ella e interactuar.

—Creo que debería llevarle unas rosas el día de la cita, ¿no crees?

—Eso estaría bien, wey.

—Pero algo sencillo, quiero decir bonito pero no extravagante, ella no se ve tan así.

—Ya sé, con 10 flores estaría bien, ¿no?

—Sí, estaría bien, cambiando de tema, ¿qué quieres comer? Creo que deberíamos romper la dieta y comer una buena hamburguesa.

—Bueno, yo si quiero pa.

Después de esa comida nos fuimos a casa y no podía dejar de pensar en María, mi niño de 13 años está feliz de volver a verla porque quién diría que tu primer amor te cuidaría por hacerte daño, la verdad es que agradezco esa estupidez, qué Hice sino no volvería a ver esos ojos castaños claros de los que me enamoré al tocar su hombro, oh dios por favor deja que sea la madre de mis hijos.









○●○























Cuando menos lo esperaba me desperté y eran las 12 am estaba buscando mi teléfono y no lo encontré así que decidí rastrearlo en la laptop y vi que estaba en el hospital, que chido, fui al teléfono de casa y llamé.

—Hello, who's speaking?

—Hello, good evening, I am Antonio Herrera, the owner of that phone.

—Oh, Antonio, soy María, me encontré tu teléfono en el consultorio donde te atendí primero.

Hay el amor de mi vida tiene hasta mi teléfono.

—Oh, muchas gracias por guardarlo, ¿sigues en el hospital verdad? Digo para ir yo por el.

—Mm, si ya saldré en 30 minutos, pero no te preocupes yo te lo puedo llevar, recuerda que no puede hacer esfuerzo.

—No te preocupes yo puedo ir por el no pasa nada.

—Recuerda quien es la doctora, por favor, no hagas esfuerzo si lo haces tardará más en sanar tu rodilla.

—¿Segura?  Es que no te quiero hacer batallar la neta.

—Si no pasa nada es más dame la dirección, para ir, igual no tardo mucho en salir.

—Bueno pues, ¿tienes donde apuntar?

𝑳𝒖𝒏𝒂 -Junior H Donde viven las historias. Descúbrelo ahora