❤️Un niño odiado por su padre, una madre que muere por una enfermedad despues de que el naciera y sus dos hermanos abusivos. Su padre para su propio beneficio vende el alma del pequeño al diablo el cual al verlo se enamora. ¿Es posible que el diablo...
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. . . Hoy Alexander estaba emocionado, ese día cumple años y el ente le dijo que lo llevaría a dónde el vive.
-Te quiero!!- decía Alexander en los brazos de aquel demonio.
-Yo también...- decía con su típica voz macabra, que con solo escucharla se te eriza la piel.
-ALEXANDER!!!!- grito uno de sus hermanos mientras abría la puerta de golpe.
Se quedó un momento pasmado para luego dar un grito de miedo, viendo a aquella cosa con su hermano en brazos.
-PADRE!!HERMANO!!!- bajó las escaleras rápido para luego volver los tres juntos.
-DEJA A MI HIJO!!- habló Will
-Tú y yo tenemos un trato a cambio de salud y dinero me darías a tu hijo. Cuando cumpla 18 años el vendrá conmigo- habló.
Will se había olvidado de aquello, miraba los ojos de su hijo Alexander que estaba muy confundido, ahora que se daba cuenta era igual a su madre nunca lo quiso ver a la cara y tampoco se detuvo a observarlo, no era igual era idéntico.
-D-de que está hablando padre?...-
Aquel demonio acercó más a Alexander a su pecho y le cubrió las orejas, no quería que supiera que si padre lo había vendido, eso le rompería el corazón y de solo pensarlo a el le dolía.
-El bastardo de su padre me vendió a su hijo para que ocupara su lugar en el infierno, el trato era que cuando Alexander cumpliera los 18 años yo me lo llevaría.- hablo con su voz más macabra que nunca, parecía como si estuviera gruñendo como un lobo ante una amenaza y que en cualquier momento atacaría para despedazar todos los cuerpos y comérselos.
-Pero para si cumple todavía falta mucho y el todavía es un niño!!- dijo uno de sus hermanos.
-jaja~ no no, están muy equivocados. Hoy es su último día aquí ya que hoy cumple sus 18 y no lo volverán a ver para siempre. Parece un niño por qué ustedes no lo alimentaron bien provocando que no se desarrollara bien.-
-P-por favor t-te suplico que nos des más tiempo con el- hablo Will mientras se arrodillaba frente al mal.
-Un trato es un trato-
-P-pero!!-
-Tuvieron que haber aprovechado el tiempo que tuvieron con el ahora el se irá conmigo y NUNCA regresará-
Alexander era bastante ingenuo y no entendía nada solo veía a sus hermanos y padre arrodillados mientras le duplicaban algo entre lágrimas.
-Alexander...- hablo el ente.
-Mm si...-
-Ya es momento de irnos, despídete....-
-Oh sí!! Adiós padre, adiós hermanos nos veremos pronto los quiero, el señor demonio me mostrara su hogar!!- decía mientras con una mano tomaba la mano del demonio y la otra saludaba a su familia mientras daba una hermosa sonrisa y la última que ellos iban a ver por parte de el.
-N-NO!! ALEXANDERS POR FAVOR NO TE VAYAS DALE OTRA OPORTUNIDAD A ESTE TONTO PADRE TUYO-
-De que hablas si pronto volveré-
Y antes de que pudieran seguir hablando el mal envolvió con su manto oscuro a Alexander, con una bruma oscura llevándoselo así sin dejar rastro de el.
Lo que su "familia" lloraba arrepintiendo de todo lo que le habían hecho a aquel rayo de luz. No supieron valorar lo que tenían y ahora ya no estaba más, esto nos deja una enseñanza de que siempre hay que valorar lo que te dan por qué algún día desaparecerá, como Alexander y su luz.
Alexander iluminará la oscuridad del infierno y a decir verdad no estará tan solo tendrá a aquellos que pecaron y al demonio a su lado, las almas de los pecadores no son muy acogedoras pero el demonio si, el único que no pecó es el y está en ese lugar por un trato. Pero a decir verdad el merecía estar en el cielo junto a su madre que lo miraba desde allí arriba mientras lloraba.
-Este será tu nuevo hogar y partir de ahora vivirás conmigo...-
-Si!!- dijo mientras le sonreía Alexander. . . . -Mi hijo...- decía su madre mientras veía a su hijo, su bebé en las profundidades del infiernos, tanto que había esperado y ansiado reencontrarse con el allá arriba. Solo fue un sueño. Una esperanza vacía.
Una familia se quedó sin su hijo por una mala jugada y ahora pagaban con arrepentimiento, una madre que llora por su bebé, un demonio más que nada complacido por tenerlo con el y que por nada del mundo dejaría que se los quiten. Y por último Alexander que solo intentaba darle el lado positivo a todo y que pensaba "por lo menos aquí mí familia no me golpeará y no me menospreciara" . . . FIN
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