𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃, Lucerys Velaryon

𝐨𝐨𝐨. él príncipe caído

♡︎. MELODY solía decir que cada día debía hacer algo bueno y luego la vida algún día se lo iba a recompensar, era una creencia que tenía desde que era una niña. Todos los días salía de la cabaña en la que vivía junto a sus padres, en dirección al bosque, quizás podría ayudar a algún animalito herido o a alguien perdido, aunque también estaba la posibilidad de encontrar frutas para sus postres.

Aquel día fue diferente, extrañamente había comenzado a llover como si algo trágico estuviera apunto de suceder, la muerte se sentía en el aire y eso era algo que comenzaba a perturbar a la rubia, que miraba curiosa como los rayos caían en el bosque con terror.

── Melody, aléjate de la ventana ── su madre la tomo por los hombros alejandola de dicho sitió ── Sabes que es peligroso.

── Lo sé ── Melody hizo un puchero ocasionando la risa de su madre.

── Nada de pucheros, cielo ── Visenya tomo el rostro de su hija con cariño ── Mejor ayudame con las galletas ── la mirada azulada de Melody se iluminó mientras asentía emocionada.

Si había algo que la menor amaba era cocinar cualquier tipo de postre y más si eso se convertía en una actividad familiar como en aquellos instantes. Rara vez solía pasar tiempo con sus padres, la mayor parte estaba sola en aquella cabaña en medio del bosque, jamás se le permitía salir al pueblo o siquiera acompañarlos a su misterioso trabajó.

── ¿A papá le gustarán? ── la mirada morada de Visenya se entristeció, tenían días sin saber de su esposo.

── Estoy segura que le encantaran ── apesar de su tristeza, tenía que mantener los ánimos para no deprimir a su hija.

Aragón había sido convocado por el príncipe Daemon Targayrien para que realizará un trabajo, trabajo que probablemente pondría la vida del platinado.

── Lo extraño ── Visenya agachó su cabeza viendo la mirada triste de su pequeña ── ¿El me extrañará?

── ¿Qué clase de pregunta es esa? ── Melody alzó la mirada curiosa ── Tú padre te ama más que nada en el mundo, estoy segura que te extraña cada minuto ── la rubia asintió ante la respuesta de su madre.

Antes de que alguna digiera algo un horrible rugido retumbó en todo el lugar, Melody sintió su curiosidad crecer jamás había escuchado tal ruido a diferencia de Visenya que sintió un escalofrío recorrerla, conocía a la perfección ese rugido, solo un dragón era capaz de soltar tal ruido, Vaghar.

Melody se alejo de la cocina para ir a la ventana ignorando los llamados alarmados de su madre, fue entonces que entre la gran tormenta, Melody lo vió, vio lo que parecía ser un pequeño cuerpo junto a otras cosas caer cerca del río. Sus ojos azules brillaron con más intensidad antes de tomar su capa y salir corriendo en dirección al río.

Visenya miro asustada a su pequeña hija antes de salir tras de ella, mojándose en el proceso.

── ¡Melody vuelve! ── grito cuando deslumbró la sombra de la dragona, era peligroso estar afuera y más con la tormenta que azotaba el lugar con ferocidad.

── ¡Algo cayo en el río! ── respondió.

Cada vez estaban más cerca, y el ruido del río era más fuerte, sabía que la corriente arrastraría lo que fuera que cayó en él, fue entonces cuando la menor cayó al piso por culpa de una ala plateada.

── ¿Un ala? ── pregunto al aire.

── ¡Melody! ── Visenya levanto a su hija ── En que estás pensando, es peligroso estar afuera ── para en ese entonces madre e hija estaban empapadas pero a ninguna parecía importarle.