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Cuando por fin nació mi odiosa hermana, mis padres me olvidaron por completo.
Ella se llamaba Laura. Era rubia, con los ojos verdes claritos. Estaba gorda, pero era pequeña. Algo raro noo?
Cuando llegó mi segundo cumpleaños mis padres me llevaron a un orfanato. No pensaba que no siquiera me quieran.
Pasé los días llorando por la ausencia de mis padres. Pero ya el mes siguiente me acostumbre y empecé a olvidar a mis malvados padres, y empecé a pensar que ese era mi verdadero hogar.
Pasaba los días con la misma rutina: me levantaba todos los dias temprano deseando escuchar el sonido del gallo. Desallunaba la leche y mis dos galletas diarias. Jugada con mi nueva familia y luego comia. Volvía a jugar y luego cenaba, y me bebía mi vaso de agua. Me metía a la cama temprano, con la ilusión de que el día siguiente llegara antes y hacer algo distinto.

DE$GRACIA$Donde viven las historias. Descúbrelo ahora