2

143 22 4
                                    

Desperté en un sillón muy cómodo, todavía tenía un poco de dolor de cabeza, me moví y sentí un poco de dolor en mi brazo, me mire y tenía algo que le estaban metiendo en mis venas, en ese momento me asuste y intenté quitármelo.

De pronto se abrió la puerta que estaba frente a mi, y ahí estaba ella, la mujer más perfecta que mis ojos habían visto, la que desde que la conocí me tenía enamorada, esa era ella, Maria Corina Machado Parisca.

*Maria Corina*

Cuando entre a la habitación donde se encontraba la chica que se desmayo en mis brazos, la vi algo asustada, intentando quitarse el suero que le habíamos puesto debido a que se encontraba deshidratada, les voy a ser sincera, en verdad esa chica era la persona más hermosa que había visto en mi vida, aparte de mi hija claro.

Ella se quedó estática viéndome, yo me sentí algo avergonzada así que me dirigí a ella.

Hola- le dije- como te sientes?

Hola Señora María Corina- me respondió- Ya me siento mejor

Me alegro, solo que te regalo el Señora, me puedes hablar de tu,- ella me sonrió-

Muchas gracias por esto- se señaló el brazo donde tenía el suero-

Tranquila, fue con mucho gusto, al verte así de perdida y pálida, fue lo último que pude hacer- le toque el hombro-

Ella me miró directo a los ojos, yo también la miré, me di cuenta del color de sus ojos, era una cafe verdoso y el brillo que se le formaba al verme era hermoso, sus pestañas largas, sin nada de maquillaje, su nariz perfecta, su cara, con esos hermosos cachetes y sus pecas, esparcidas por sus mejillas y nariz, sus ojos eran achinados, puedo decir que era la mujer más hermosa, ella me sonrió, pude ver sus perfectos dientes, blancos y juntos, sus labios gruesos color rosita-rojo, me entretuve tanto viendo sus labios que ella lo noto y separo su mirada inmediatamente.

Como te llamas- le pregunte-

Dani... Daniela Eduarte Pérez- me volteo a ver-

Es un placer Daniela- le entendí mi mano en forma de saludo y ella lo acepto-

En ese momento tan lindo, abrieron la puerta, las dos volteamos a ver y vimos a Edmundo

Como se encuentra?- pregunto-

Ya me siento mejor, muchas gracias Don Edmundo- ella le dijo y sonrió con amabilidad-

Con mucho gusto...- espero a que Daniela le dijera su nombre-

Daniela... Daniela Pérez- le dijo ella-

Con mucho gusto Señorita Daniela- respondió el-

Después de hablar de como se sentía Daniela, Edmundo salió de la habitación dejándonos a nosotras dos solas, y otra vez me volví a sonrojar, como si de una adolescente enamorada se tratase, ella lo noto.

Tienes calor?- me pregunto-

Un poco- le respondí yo- voy a encender el aire

Esta bien- me dijo- Maria Corina

Dime- le dije mientras buscaba el control del aire-

Creo que es hora de que me vaya, ya se está haciendo de noche y no me gustaría irme a oscuras, muchas gracias por lo que hicieron por mi hoy-

Esta bien, pero como último favor por acompañarme en todas las protestas déjame llevarte hasta tu casa- le dije-

No, no, tranquila, yo me puedo ir sola, no me gustaría que te expongas al peligro a estas horas- se acerco a mi-

No me voy a exponer, déjame llevarte-le insistí-

Esta bien- respondió-

Libertad-María Corina Machado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora