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*Maria Corina*

Ya en el auto, Daniela se estaba durmiendo, así que decidimos que íbamos a poner la dirección en el Waze, yo empecé a manejar mientras Dani descansaba, ya saliendo podía ver a la gente en las calles haciendo cualquier cosa menos dormir, en un momento dirigí mi vista hacia Dani, se veía tan linda durmiendo, sus ojos perfectamente cerrados, su boca entreabierta, sus manos en sus cachetes y su pecho subiendo lentamente, se veía de una manera angelical.

Después de 1 hora y media manejando el Waze me indico que ya habíamos llegado, moví a Daniela lentamente para avisarle que ya habíamos llegado, ella se tallo sus ojos y me vio adormilada, yo le sonreí.

-Ya llegamos Corazón- dije apagando el auto

-me dormí todo el camino?- me digo acomodándose el cabello y yo asentí- que pena-

Tranquila, fue un viaje tranquilo, para serte sincera me desestrece- me baje del auto y ella también lo hizo-

Esta es mi casa- señaló una casa blanca de dos pisos- muchas gracias por traerme

Por nada, cuídate mucho- me acerque a ella y tome su mano, y perfectamente pude ver el sonrojo en sus mejillas, ella me atrajo hacia su cuerpo y de mi boca salió...

~Ah~ -jadee por la sorpresa

Ella me abrazo y sentí como mi corazón empezó a latir de manera rápida y cosquillas en mi estómago, sentí su olor a vainilla y coco, no me quería separar de ese abrazo, sus manos me generaban una sensación de seguridad, ese abrazo se sentía tan bien, después de como 1 minuto nos separamos y ella me sonrió.

-Nuevamente, gracias por traerme- abrió la puerta de su casa- que tengas una linda noche...

Igualmente, espero volver a vernos pronto- me subí a mi auto y pude ver como ella entró a la casa

Deje caer mi cabeza hacia atrás, y un gran suspiro salió de mi boca, me sentía tan emocionada y tan feliz, entonces encendí mi auto y me dirigí a mi casa.

*Daniela*

Después de entrar a mi casa y cerrar la puerta, me asome por la ventana, esperando verla por última vez en el día, en mi cara se pinto una sonrisa y deje escapar un suspiro, vi como las luces del auto se encendieron y se fue.

Subí a mi habitación, me quite los zapatos y me acosté en la cama, en mi cabeza solo pasaban los momentos que viví hoy con ella, después de unos minutos me dejé llevar y me dormí...

Libertad-María Corina Machado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora