Luna

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Recuerdo su cabello dorado y su piel blanca que seguía a todos los lugares necesarios para no enfrentarme con la oscuridad. No me interesaba en lo absoluto su amor fraternal, o menos su amistad, sólo quería que no me abandonace, esperaba ilusamente que ella fuera mi linterna siempre.

Ese pensamiento bombardeaba constantemente mi cabeza, me desesperaba imaginar confrontar la oscuridad en completa soledad, sin una voz que me alejara de la locura, sin ella sabía que aquel terrible temor mío vendría por mí, como un tormento, envolviéndote en engañosa dulzura de madre y lentamente invade todo tu ser, volviéndolo frío, sin sentimientos.

Soporté la muerte, pero jamás soportaré la pérdida, por eso decidí (problablemente por el egoísmo humano) llevar a Luna para nunca quedarme sin luz. Luego de un tiempo ella empezó a odiarme gradualmente, volviéndose cada vez más repudiable y perdiendo su escencia clara, muchos dirán que eso fue una desición errónea y apresurada, pero no me arrepiento de lo que hice, gracias a eso ella volvió a ser Luna, recuperó su rostro tranquilo e inocente, aunque jamás recuperó su sonrisa.

La conmoción se apoderó de mí cuando su familia me odió, aún cuando hice un favor a su hija; la apoyé, ellá tendría que haberme apoyado a mí. Es increíble cómo el amor y el odio llegan a ser el mismo sentimiento y se tornan en ira.

Estas paredes claras son más oscuras que esa casa y el rojo es aún más oscuro que sus ojos antes de morir.

Luna blanca manchada de sueños y sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora