━━━ two;

1.1K 162 25
                                    



02. 「HANDS AND LEGS」

 「HANDS AND LEGS」

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





—Qué patética eres, Alaenys —se dijo así misma mirándose en el espejo, inhalando y exhalando hondo para calmar las palpitaciones apresuradas de su corazón, y los temblores de sus manos— Es solo tu tío, por los Dioses. Hermano de tu mamá, no es nadie extraño.

Se alisó la falda del vestido celeste que había escogido ni bien llegó a su habitación, no era un celeste chillón, aborrecía todo lo que fuera muy brillante con respecto a sus atuendos. El que eligió tenía bordados con hilos dorados de manera sutil por el frente y por atrás, y las mangas –que le llegaban hasta las muñecas– de igual manera. Tenía los hombros descubiertos al igual que sus clavículas, el escote era bajo y recto, lo suficiente para que el valle de sus senos se notara un poco. La parte superior era ajustada, lo necesario para que sus pechos fueran más voluminosos, para que se vean un poco más juntas las acomodó con su mano. No se quejaba de su tamaño, hace un tiempo que había dejado esa inseguridad atrás. Específicamente desde que –sin querer– se lo comentó a un Aegon borracho. Su hermano mayor había ido a parar a su habitación por la noche, una en la que ella no podía dormir, entrando por el muro secreto detrás de un enorme tapiz.

El platinado estaba con sólo unos pantalones y el pecho desnudo, y su infaltable jarra de vino en la mano. Alaenys no le tenía miedo como el resto, no se ponía a pensar en que la podría lastimar. Jamás lo había hecho. En la hora del lobo ambos hermanos confesaron sus deseos, inseguridades y miedos, los de Nisy iban mucho más allá de lo físico. Le comentó a Aegon lo mucho que le aterraba el casamiento con un hombre desconocido, intimar con él y que su único deber sea parir a sus hijos. Todo por el reino, menos por ella. A pesar de que su madre le había preparado para eso, sólo para servir a su futuro marido, Alaenys quería mucho más. Pero en el fondo sabía que nunca podría casarse por elección propia con el hombre que eligiera.

Quería escoger su futuro, no que su vida esté en manos de los demás menos en las de ella.

Aegon tenía un miedo parecido, uno que involucra sentarse en el Trono de Hierro. Un trono que jamás deseó. Pero Alicent Hightower le había hecho creer que Rhaenyra Targaryen, una vez al ascender al Trono, iba a acabar asesinandolos a todos ellos ya que eran una supuesta amenaza. Aunque terminar muerto a manos de su media hermana se escuchaba muchísimo mejor que estar viviendo con la Reina Verde y Otto Hightower bajo constantes abusos y manipulaciones.

Cuando llegase el momento, Nisy, ¿escaparías conmigo?

Unos golpes en su puerta la hicieron salir de sus pensamientos, aún estaba parada frente al espejo pero su semblante ya no era el mismo. Había estado preocupándose por lo que pasaría, otra vez.

—Princesa —la llamó Ser Patrick Baratheon tras la puerta, su guardia juramentado—, la esperan en el comedor.

—Gracias, ya salgo, no me demoro —respondió, terminando de abrochar el collar de oro detrás de su cuello, con un tono de voz más bajo de lo que esperaba, no creía que el Capa Blanca la hubiese escuchado. Esta vez había querido arreglarse sola, sin la ayuda de Eliane, la señora que le servía y quien también fue su nodriza años atrás. De ella y Daeron.

𝐇𝐎𝐍𝐎𝐑 & 𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 | gwayne hightowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora